燃えるようなフラッシュ"Moeru yōna furasshu"

※ 33 ※

Un suspiro insonoro se escapo de entre los labios de la joven de cabello azabache cuando, tras revisar su telefono por milesima vez, seguia sin haber recibido respuesta alguna; Despues de aquella noche, tras la que Dabi habia escapado antes del amanecer, las cosas cambiaron. Era claro que estaba siendo evitada, habia tratado de hablar con el, pero no recibia mas que monosilabos cortantes en respuesta.

Lo habia estado tratando de disimular, ocultando su preocupacion de todos, actuando como si nada estuviera pasando, y en parte lo habia logrado, solo que no contaba con lo observador que era el heroe con quien habia aceptado salir a pasear esa tarde, aprobechando que por fin tenia tiempo libre de sus absorbentes tareas. 

—¿Sabes? creo que cambie de opinion—comento, sacando de sus pensamientos a la misma, quien frunció ligeramente el ceño mientras ladeaba la cabeza confundida.

—¿hmm?—murmuro, ante la sonrisa del chico. 

—vayamos por algo de comer—comento el rubio, antes de tomarla del brazo y llevarla a rastras consigo.

...

Lo que fuera que tuviera pensado el chico, cambio por un par de combos grandes de McDonalds, de los cuales el par disfruto en la azotea del mismo hotel en el que residía la misma, quien termino olvidandose por el rato sobre su preocupacion mientras charlaba con el rubio, compartiendo anedotas, tanto de trabajo, como de la vida en general.

—Eres genial Keigo—afirmo Bielle entre risas, con aquella esplendida sonrisa abismalmente diferente a la expresion afligida que habia tenido antes, lo que formo una sonrisa en los labios del contrario.

La chamarra Beige del heroe cubria del frio a la femina, era mullida y le quedaba algo grande, lo que le hacia ver mas pequeña de lo que ya era, obligandole a arremangar lijeramente las mangas antes de tomar el baso de refresco delante de ella para dar un sorbo. 

—¿Sabes que puedes confiar en mí, cierto?—murmuro, sorprendiendo momentáneamente a la azabache, quien le miro un par de segundos antes de volver a sonreír de manera dulce.

—...lo sé...lo mismo digo—afirmo, extendiendo el puño hacia al frente, el cual fue chocado por el contrario.

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—pica demasiado, dijiste que no picaba—renego Matthew mientras soplaba, tratando de aliviar el ardor en su lengua

—no seas una niña Matthew, no es para tanto—afirmo la fémina con una suave risa.

Un par de horas después de que Hawks se marchó, la hora de la cena llegó, a lo que el peliazul había pasado por su habitación para ir juntos a un pequeño restaurante cercano, uno en el que podían disfrutar de sus alimentos sin molestia, pues ¿Quien se imaginaría que una artista de talla mundial se encontraría cenando en un pequeño restaurante familiar?

—en alguna gira alguien me dijo que si comías una pizca de sal se te pasaba el picor, pruebalo—comento la fémina mientras le entregaba el salero

Tomo los palillos y se dispuso a seguir con sus alimentos antes de alzar la mirada, pues uno de los encargados del lugar había subido el volumen al televisor, interesado en la noticia, abriendo los ojos de par en par al divisar los vídeos detrás de la reportera dónde se veían las llamas danzantes de los contrantantes colores azul y naranja.

"Oh no..."—murmuro Brielle preocupada en sus  pensamientos, enfocándose igualmente en el televisor.

—"lamentablemente el villano logro escapar, pero los reportes indican que no salió ileso, por lo que se alertó a los hospitales y farmacias de la zona en caso de avistarlo"—explico la mujer.

—Dabi...—se escapó de entre los labios de la menor, ganándose la atención del mayor a su lado, quien se giró rápidamente hacia ella, topandose con la expresión consternada de la misma, ante la que decidió callar.

...

—buenas noches—se despidió Brielle mientras abría la puerta de su habitación

—buenas noches...—respondio Matthew imitando su acción, sorprendido del cambio de la chica, pues parecía que no ocurría absolutamente nada en contraste a lo preocupada que parecía antes.

Cada uno entro a su habitación, aunque está vez, no se metieron en la cama a ver series o se sentaron frente a escritorio a escribir; Brielle corrió a su armario y se cambió, colocabdose una sudadera oscura con cuya gorra cubrió su cabello.

—"tengo que encontrarlo"—murmuro en sus adentros.

Por su parte Matthew se quedó contra la puerta, atento al sonido del pasillo, esperando no escuchar la puerta de la joven. Espero un par de minutos y para su desgracia...la escucho, de manera muy sutil h suave, si no hubiera estado pegado a la puerta no lo habría ni notado, seguido los pasos sumamente sigilosos se alejaron por el pasillo, señal que tomo para salir igualmente.

Brielle se apresuró escaleras abajo, escabullendose hasta la salida de servicio, la cual daba a la parte trasera del edificio y era por la que siempre se colaban Dabi y Toga.

En su apresuró salió tan rápidamente que no se fijó, chocando de bruces contra lo que reconoció era una persona al retroceder.

—"maldición"—se quejo mientras trataba de mantener la cabeza baja para que no se le viera el rostro, pero sorprendiendose al reconocer el estilo de la vestimenta del contrario.

Jeans oscuros, una larga gabardina negra y una playera blanca en la que resaltaban las manchas carmesí ensuciandola.

Alzo la mirada rápidamente, encontrándose con la desgranada mirada del villano, su nariz sangraba y tenía golpes y raspones por todos lados, además de las quemaduras de su ropa.

—¿Estás bien?—cuestiono alarmada mientras lo tomaba por el rostro para inspeccionarlo mejor.

—estoy bien...—afirmo el, aunque el detalle de que no se apartará o el tono suave de su voz le indico a la fémina que no era así

—...hay que curarte eso...—murmuro ella en respuesta, tomándolo del brazo para meterlo dentro del edificio y comenzar a guiarlo con cautela hasta su habitación.

Pasando en contra esquina justo por un lado a dónde su representante de había ocultado, estupefacto de lo que había observado.

Ya en su habitación, la chica suspiro, no había nada en su habitación con lo que pudiera curar sus heridas, lo único que podían hacer era limpiar las heridas con algo de agua, pero no tenían alcohol, gasas o nada parecido con lo que tratarlas. Pensó en ir a comprar a una farmacia cercana pero no tenía efectivo y si pagaba con tarjeta Matthew lo notaría.

—"al carajo, que mi "yo" del futuro se preocupe de las explicaciones"—murmuro mientras se disponía a salir nuevamente, sin llegar a hacerlo antes de que el golpe suave en la puerta llamará su atención, al abrirla, una bolsa de compras se plantó contra ella, dentro, lo necesario y un poco más para armar un buen botiquín se encontraba

—¿Que es...?—se cuestiono antes de alzar la mirada y que la sangre se le helara—¿M-Matt?—cuestiono bajo la mirada del mismo quien sin decir nada se dió la media vuelta y entro en su habitación.

Brielle suspiro antes de cerrar sintiendo un temblor dentro de su pecho.

"Lo sabe...me descubrio"—penso preocupada antes de dirigirse al baño, dónde dentro del cual Dabi limpiaba sus heridas.