Bryan ; La Isla De La Anarquía (EN PAUSA)

Prefacio

Cada persona tiene su fuerte, pero también tienen una debilidad.

Yo todavía no he encontrado las mías, y en verdad no estoy segura de querer descubrirlas.

Mi fuerte es algo que me intriga sobremanera pero sé que al hallarlo también encontraré mi debilidad. Y eso es algo que no quiero saber.

¿Quién querría descubrir aquello que puede destruirlo? ¿Quién querría poder exponerse con algo tan insignificante para los demás pero tan preciado y significativo para ti?

Desde luego yo no.

Pensaba que mi vida sería lo de siempre. Una vida de privaciones y restricciones sociales. Una vida a la que tendría que adaptarme para poder encajar. Una vida incompleta pero sencillamente perfecta para los demás.

Una vida repleta de dinero y amistades beneficiosas. Eso es a lo que aspiraba, aquello a lo que mis padres se sometieron y me tocaba cumplir a mí ahora. Solo eso.

Y pensaba que eso era lo peor que podría pasarme en mi corta existencia pero me equivocaba. Es más, me habría encantado poder llevar esa vida en vez de la que me dieron. Solo quería una adolescencia normal.

Terminé encontrando mi fuerte, pero a su vez era aquello que me podía destruir... Y puede que de algún modo lo hiciese. Tenía nombre, un simple nombre pero con un mortal y doloroso significado;

Bryan.

De él pendía mi corazón, mi estabilidad mental y, literalmente, mi vida. De él dependía mi existencia.

Y se aseguraría de exprimirla hasta dejarme seca.

Nunca creí en leyendas, mitos, habladurías, rumores, maldiciones y esas cosas. Pensaba que eran simples creaciones imaginativas de personas mentalmente inestables. Al igual que aquellas personas que escribían libros producidos por su simple imaginación, por algo tan común, algo que todos adquieren en cuanto se les da la vida, pero ninguna es igual, todas son desparejas y con infinidad de mundos inter-dimensionales. Algo tan simple pero a su vez tan complejo. Algo que puede salvarte la vida de múltiples maneras.

No creía pero ya lo hago. Porque él, él es mi maldición. Él es mi perdición. De él pende todo aquello que tengo. De él pende mi vida al completo.

Él me tiene en sus manos y lo sabe.

Dependo de sus decisiones y sus juegos.

Nunca he sido creyente pero rezo porque él me dé la oportunidad de vivir, qué él me dé la oportunidad de no quedarme sola. Es lo único que quiero.

Es a lo único que puedo aspirar en este lugar.

A no quedarme sola... o a simplemente terminar esta tortura.

Pero llega un momento en el que no puedes más y buscas aquello que te llene aunque sea una última vez.

Todo es un simple juego. Una tortuosa cuenta regresiva hasta el fin de mis días. Solo es cuestión de tiempo para poder librarme de todo esto.

Solo es cuestión de tiempo, occhi verdi, solo cuestión de tiempo.