2-Sueño reconfortante

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*EDITADO*

(***)

La brisa cálida trae consigo un ligero aroma salado.

El sol me da de lleno en la cara, obligándome a entrecerrar los ojos y levantar una de mis manos para detener ese ataque directo.

Cuando mis ojos se acostumbran a la luz, reparo mi entorno. Estoy en una playa.

Mis pies están descalzos y sonrío al sentir la fina y caliente arena rodear mis pies. Levanto la mirada y observo el mar tranquilo, pequeñas olas ondean y no entiendo el porqué me relaja la imagen. Miro sobre mi hombro detallando el espeso bosque que aparece de repente.

Es extraño; hay en un punto en el que la arena se intercambia por tierra, como si una línea imaginaria separase la playa del bosque. Y por alguna extraña razón sé que esacaracterística, la misma que estoy observando, sucede en toda la isla.

Por alguna razón sé que primero hay arena, despuésuna línea imaginaria que da paso a un bosque espeso y profundo

Sé que esto es una isla, sé que está dividida en una especie de capas. La primera es la playa con una arena suave y un aura relajante. Después está el bosque con una asfixiante abundancia de seres vivos. Y en el centro de la isla, entre las profundidades del frondoso bosque hay algo desconocido, algo que provoca que mi corazón galope a toda velocidad.

Me tranquilizo y le presto atención a mi entorno.

Respiro hondo con una sonrisa en mis labios mientras me relajo ante el maravilloso paisaje que me rodea. No sé donde estoy pero no puede importarme menos.

Por primera vez en mucho tiempo, por alguna extraña razón, me siento bien.

Un ruido entre los arbustos detrás de mí llama mi atención, miro sobre mi hombro y veo algo que no me esperaba.

Una niña. Una niña pequeña de aproximadamente nueve años.

Era hermosa.

Su cabello era rubio, casi blanco y le llegaba por la cintura. Tenía una sonrisa en sus labios. Una nariz respingona y sus ojos... Sus ojos eran grandes. El color de sus ojos eran lilas.

Me quedo observándola como estúpida.

Era realmente hermosa.

Ella mira sobre su hombro y soltando una pequeña risa empieza a correr en mi dirección.

No me muevo.

Ella pasó por mi lado y continúo corriendo hasta el mar.

No me ve.

-A que no me pillas. -grita ella, caminando de espaldas al mar, con la mirada clavada por el lugar del bosque que ella había salido.

También iba descalza y sus piececitos estaban sucios por la tierra.

Miro en esa dirección y vi como se removían los arbustos hasta que un chico salió de ellos.

Mi boca se entreabrió ante semejante imagen.

Un chico de aproximadamente diecinueve años con el pelo negro, nariz recta, ojos verdes como el bosque y una figura algo formada. Y sin camiseta. Ligeros cuadraditos se marcaban en su abdomen.

Un tatuaje bastante grande en uno de sus brazos llamó mi atención. Cuatro gruesas rallas idénticas rodeaban sus tríceps.

Él le dedica una diminuta sonrisa de labios cerrados a la niña.

Bryan ; La Isla De La Anarquía (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora