Bryan ; La Isla De La Anarquía (EN PAUSA)

16- Nuevo inicio, nuevas oportunidades

La cabeza me palpita dolorosamente y empiezo a abrir los ojos poco a poco, la luz me molesta.

Parpadeo un par de veces viendo el techo blanco, escucho voces distorsionadas cerca de mí y con cierta confusión me siento en el colchón en el que estaba acostada.

Jadeo cuando una punzada de dolor me recorre de arriba abajo, froto mis ojos y detallo la estancia. Estoy en la sala médica.

Lo último que recuerdo es el golpe que me propinó el chico de pelo blanco, Jared, después de eso no recuerdo nada.

Enfoco mi mirada en la figura que se acerca a mí.

Justin.

Su expresión no es divertida sino seria.

— Vaya, hasta que la chica despertó.—su tono es sereno y a pesar de haberlo conocido ayer me doy cuenta que eso no es nada bueno.

—Hola— le sonrío un poco ero él no me corresponde.

Lo veo acuclillarse delante de mí y detallar mi herida para después coger una botella de cristal con un líquido dentro y un trozo de prenda de ropa, la moja con el líquido de la botella y se sienta delante de mí sin cambiar su expresión.

—Avisa si te duele mucho—murmura sin mirarme.

Acerca el trozo de ropa a la herida y con suaves toques bordea la herida. Duele un poco pero me aguanto al notar la tensión en el ambiente.

Poco después veo a la señora Anderson acercarse, ella también tiene un semblante más serio de cómo era ayer.

—¿Cómo va la herida?— le pregunta a Justin sin reparar en mí.

Vale, algo los ha enfadado pero no sé el qué. Y lo peor es que no recuerdo como llegué aquí.

—Está bien, no presenta signos de infección ni de que se abra.

—¿Y la de la cabeza?

—¿Tengo una herida en la cabeza?— pregunto con cierta confusión.

La señora Anderson repara en mí por primera vez desde que llegó.

— Sí, cuando te encontramos estabas inconsciente y con una pequeña conmoción. Supongo que sabrás lo que te pasó ¿no?

Me hago una idea. Jared.

Carraspeo incómoda por su tono rencoroso.

— ¿Cuándo me encontrasteis?

—Sí, cuando te encontramos— murmura Justin moviéndose hasta colocarse detrás de mí y empujar hacia delante mi cabeza. Una pequeña molestia se instala en la zona de la nuca que toca— No es nada grave, fue un golpe certero para que perdiera el conocimiento pero nada más.

—Vale, no sabría decir si eso es bueno o malo.— la señora Anderson se cruza de brazos y me mira— ¿Sabes quién te golpeó?

Asiento mientras trago saliva, me siento incómoda con la tensión en el ambiente.

—¿Quién?

—Una de esas personas.— murmuro y veo cómo su gesto cambia a uno preocupado.

—¿Estuviste a solas con una de esas cosas?

—Con dos— corrijo aunque creo que lo empeoro.

—¿Podrías decirnos al menos por qué puta razón te largas cuando te dijimos que no lo hicieras?— me acusa Justin. Trago saliva, incómoda.

—No era capaz de dormir... Y necesitaba unas cosas...

Él se levanta y me mira con una expresión incrédula.