Bryan ; La Isla De La Anarquía (EN PAUSA)

12- Nuevos habitantes

Su risa es ronca y profunda, maniática y espeluznante.

Su piel es muy pálida, su pelo corto y casi blanco...

Está arrodillado junto al cuerpo de Lía. Sus ojos están abiertos, mirándome.

Veo como el chico gira lentamente la cabeza en mi dirección con una sonrisa espeluznante. Sus ojos conectan con los míos y juro que me mareo por un segundo cuando sus ojos brillantes me inspeccionan de arriba abajo antes de lamerse los labios cubiertos por sangre.

Sus ojos son idénticos a los de la niña de mi sueño. Lilas. Pero estos brillan.

Miro el cuerpo de Lía y un sollozo se me escapa al ver su estómago abierto con su intestino delgado esparcido por su vientre, o lo que queda de él.

Con una mano coge un extremo de él y se lo lleva bajo mi mirada... a su boca.

¡Oh, por Dios!

Doy un paso atrás al verlo morderlo y salir chorros de sangre al atravesarlo con los dientes. Una arcada viene a mí y la retengo como puedo.

El mentón me tiembla y algo se remueve en mi estómago haciendo mis ganas de vomitar casi incontrolables.

Sigue masticando y con la simple escena comienzo a marearme.

—¡Alala! ¡Corre! ¡Antes de qu- ¡AHHHH!

Miro en dirección a donde se encontraba antes pero veo como algo la tumba. Empieza a gritar hasta... hasta que se detiene.

El corazón se me oprime al pensar lo que le puede estar pasando.

El chico rubio ríe mientras me mira.

— Parece que tu amiga ya está servida— su voz grave se sustituye por otra carcajada maniática suya.

Me ignora a los segundos y acerca sus manos al estómago abierto de Lía, revolviendo dentro de él y volcando sangre.

Otra arcada.

Sé que estoy llorando, no puedo evitarlo ¿Cómo mierda voy a evitarlo?

Estoy a punto de salir corriendo cuando vuelve a hablar:

—Mierda— dice desilusionado mirando con concentración dentro del estómago de Lía— No está el hígado. Es mi preferido.—su ceño está fruncido hasta que me mira y veo como sonríe.

No hace falta que lo diga para saber lo que piensa.

Doy un paso atrás cuando él se incorpora con lentitud.

Todo su estómago está encharcado con sangre, la misma que rodea su boca. Eso me recuerda a Bryan... ¡Oh, no! Es uno de ellos.

Una opresión en mi pecho hace que sea incapaz de acallar los sollozos que escapan de mi garganta.

Él da un paso hacia mí sin dejar de sonreír.

— Venga, no llores. Me gustan más cuando gritan de dolor, igual que lo hizo ella— señala con la cabeza a Lía y ríe— Era una exagerada— da un paso hacia mí y yo lo retrocedo— No es para tanto que te abran el estómago y rebusquen por tus órganos el corazón.— otro paso que da, otro que retrocedo— Espero que tú no seas tan ruidosa.

Me quedo helada en mi lugar al escuchar otro grito. Y no es de Kiara... es de Zeus.

Sollozo al escucharlo pedir ayuda desesperadamente. El chico rubio se hecha a reír.

—Seguro que ese es Will, le encanta la carne de los niños pequeños, sin madurar.

Mi corazón se oprime al escucharlo.