5-Tablero de ajedrez

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*EDITADO*

Me martillea la cabeza desde que me desperté en esta isla, y la garganta me arde como si hubiese tragado brasas.

Hora y media. Hora y media desde que la tormenta había amainado y yo todavía permanecía en trance, sin poder asimilar lo que acaba de ocurrir.

Observo el mar de forma ausente. Su supuesto color azulado ha sido intercambiado en algunas zonas por un color oscuro, rojizo.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —pregunta Massimo, su voz ronca después de haber estado gritando, pidiéndole a sus padres que se acercasen a la orilla en vano.

—Yo me voy a cagar en todo, tú no sé. —sisea Eros, cabizbajo y con la misma ronquera en la voz. Se encuentra sentado en la arena húmeda, sus rodillas flexionadas y con los codos apoyados en las rodillas.

Volvemos a quedarnos en un pulcro silencio. 

Lía está sentada en la arena a la par mía, su rostro entre sus manos, pero sé que no está llorando. Zeus está en los brazos de Kiara sin hacer o decir nada, al igual que ella. Y Massimo está sentado junto a Eros.

Doy por hecho que el dolor palpitante de cabeza y el ardor en la garganta no solo es presente en mí persona, no solo por el hecho de haber estado gritando o en pleno llanto, sino por el hecho de que cuatro horas atrás, estuvimos a punto de morir ahogados.

El cielo comienza a encapotarse con los colores del alba, es evidente que en breves anochecerá, y no creo que eso sea un buen indicio para nuestra propia supervivencia.

Me aclaro con cierta molestia la garganta y me pongo en pie. Me sacudo la arena que se pegó a mi ropa húmeda y agradezco que aún no sea de noche para, al menos, poder intentar secar la ropa.

Miro a mis compañeros en busca de su atención, no la consigo.

—Se hace de noche—aclaro.

—Bravo genio, si no nos lo dices no nos dábamos cuenta—murmura Eros— Has descubierto África.

Todos lo miramos con el ceño fruncido.

—¿Qué?

—¿Has dicho África? —pregunta Kiara con una diminuta sombra de sonrisa.

—Es una forma de hablar—aclara él, como si lo estuviese diciendo bien— Se refiere a que Cristóbal Colón descubrió África. Que fue un gran logro. 

—Eros— dice Massimo con una pequeña sonrisa— Colon descubrió América. No África. Y la expresión es "Has descubierto América"

Las orejas de Eros se tiñen ligeramente de rojo, mostrando su vergüenza ante lo que acaba de decir.

—Oh.

—Dejadlo al pobre. —murmuro con una media sonrisa— Seguro que el agua salada se le ha subido a la cabeza.

—Olvidando este pequeño lapso y lo que... Ejem... Sucedió hace un rato—mascullo, haciendo alusión a los ocurrido— Será mejor que empecemos a movernos. Tenemos que secar la ropa sino queremos morirnos de hipotermia. Tenemos que buscar provisiones en el barco— enumero— y mirar si hay algo que pueda sernos útil en él. 

Veo a Massimo asentir y ponerse de pie. Todos hacen lo mismo y emprendemos de vuelta nuestro rumbo al barco. Subimos las escaleras sin incidentes.

Suspiro al ver la proa del barco. Es un auténtico desastre.

Hay ropa hecha trizas por todos lados— no tengo ni la menor idea de cómo llegó hasta aquí, ya que dormíamos en los camarotes de abajo— hay cristales rotos allá por dónde pasamos y los reflejos iridiscentes hacen presencia en algunos de ellos desde mi perspectiva, la madera del suelo está levantada o rota en ciertas zonas, hay objetos por doquier repartidos en la anchura de lo que está a nuestro alcance ver...

Bryan ; La Isla De La Anarquía (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora