12. El Método Yannicks.

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Estaba reunida junto a la manada. Mi mirada estaba fija en un punto de la ventana, hacia el bosque, tenía la impresión de que alguien estaba ahí, escondido, puede que solo fueran cosas mías, mi cabeza que después de haber visto eso se había roto.

-¿Tu que dices humana? -Lo miré ceñudo.

-No he estado escuchando, perdón -él rió.

-Lo sé, por eso te pregunté -reí en bajo y negué.

-Eso que pasó hoy en el bosque fue demasiado extraño, debemos averiguar de donde salió o quien lo creó -dije ya que sabía que estaban hablando de eso.

-¿Los cazadores tal vez? -Habló Zigor.

-¿Cómo harían ellos algo así? -La pregunta la soltó Samay.

-Puede que tengan alguna nave o algo, esa cosa antes de ser eso era humano -hablo la madre del bebé.

-Un experimento -dije mirando a todos -si es eso habrá muchos de ese tipo y quien sabe que cosas más -miré a Yannick.

-Debemos encontrar quien lo está haciendo -Zigor se cruzó de brazos.

-Muy bien -Eros sonrió -¿y como lo hacemos? -Ninguno habló -. Ya -suspiró.

Era fácil decir las cosas, o pensarlas, en nuestra cabeza puede salir todo a la perfección, salir victoriosos de alguna situación, pero cuando te tienes que enfrentar a esa situación ya no pinta tan bien.

Esa era nuestra situación, podríamos decir un millón de cosas, pensar un millón de cosas, pero a la hora de la verdad todo sería muy distinto.

-Nunca había visto cosa igual -habló shockeado Zigor.

-Lo sé fosforito yo tampoco -hablé y él me miró ceñudo.

-¿Fosforito?

-Tu me llamas carbón, yo fosforito, por tu pelo amarillo -todos rieron y él negó con una sonrisa.

-Porque tienes a tu luna al lado, si no te daba yo fosforito -abrí la boca un poco sorprendida.

Todos rieron menos Yannick que lo miró mal.

-Volvamos al tema principal -murmuró Yannick.

-Si había esa furgoneta estoy seguro de que hay más, la pregunta es: ¿de dónde salió? -Comentó Eros.

-Vosotros conocéis este pueblo más que yo, pero si supuestamente los humanos no pueden saltar la grieta tiene que haber un hombre lobo que los ayude -todos me miraron.

-Jarbin -susurró Yannick.

-¿No lo tiraste por la grieta?

-Los pudo ayudar antes de que lo tirara -miró a Zigor.
-Tenemos un cazador, podemos torturarle hasta que hable -comenté.

-Que mente tan malvada tienes humana -sonreí mirándolo.

-¿Es una opción, no? -Me crucé de brazos.

-Es una opción, si, pero no creo que hable.

-Le haremos hablar entonces -Samay salió de la sala para encaminarse donde tenían al cazador.

Yannick estaba a mi lado, Zigor frente a él cruzado de brazos, Samay y Eros detrás nuestro.

-Muy bien -comenzó hablando Zigor -si nos dices como pasasteis la brecha o cómo narices habéis creado a ese monstruo, sales vivo, si no hablas, sales, pero muerto -concluyó.

El hombre se rió en su cara y negó.

-Mátame entonces -suspiré.

-Así no va a funcionar -dije y Zigor me miró.

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