Miré a Zigor que estaba a mi lado, él tenía la mirada fija en el cuerpo de Zenda.
Mis manos temblaban cada vez más con paso de los segundos. La mordida que Zenda tenía en el cuello comenzó a palpitar, la sangre corría por su cuello.
-Saldrá bien, tiene que salir bien -susurré mirándola.
-Alfa, su corazón no late -habló de nuevo Jena.
-Funcionará -volví a decir.
Zigor se llevó las manos a la boca y vi como las lágrimas comenzaban a salir.
-No está muerta -todos me miraron.
-Su corazón se paró -negué.
-No siento que se haya muerto -susurré.
Miramos a Zenda, sus heridas no se curaba. Cuando me iba a acercar a ella un gruñido sonó fuera de casa.
-¡Calló en la trampa! -Entró Eros gritando.
Miré a Zenda y a la puerta seguidas veces. No me podía ir de allí, no podía dejarla sola.
-Alfa debemos acabar con esto -bufé y salí corriendo.
Ese Yakin era muchísimo más grande que los otros; su cabeza, su altura, sus brazos y manos incluidas sus piernas y pies.
-Este bicho acabará con todos nosotros -miré mal a Zigor.
-Todos juntos podremos con él -hablé -. Sacar las armas, disparar al pecho, cuando esté algo inestable sacaremos la luciérnaga.
Fue así como salimos todos hacia el sótano para coger las armas. Al salir comenzamos a disparar desde la distancia y nos fuimos acercando poco a poco, no le hacían nada las balas. Zigor se acercó mucho más y rugí fuerte para que se separara.
El bicho se soltó de la trampa y le dio un manotazo lanzándolo lejos de donde estábamos. Escuchamos un gruñido y giramos la cabeza viendo un lobo con el pelaje negro.
Zenda...
Sus ojos eran de color totalmente negro.
Se tiró encima del Yakin y hundió su hocico en el pecho del bicho para sacar la luciérnaga y morderla hasta matarla.
Al ver al bicho caer, y a Zenda mirándonos convertida en loba todos nos arrodillamos mirando al suelo.
Levanté la mirada y la vi cruzar la puerta de la mansión.
Corrí hacia la puerta, ella se giró para mirarme y ladró en mí dirección, subí junto a ella y entramos a mi habitación.Volvió a su forma humana y comenzó a vestirse.
-¿Cómo te sientes? -Me acerqué a ella.
-Bien, me siento rara, como si hubiera algo en mí que no es mío -sonreí acercándome a ella.
Juntamos nuestros labios y sonreímos en mitad del beso.
-Casi me muero al pensar que te iba a perder -nos miramos a los ojos.
-Te queda Zenda para rato -susurró.
-Eso me gusta -volvimos a juntar nuestros labios.
Un gruñido nos hizo salir corriendo fuera de la mansión.
Miramos al suelo y solo estaba la piel que envolvía al Yakin, no tenía ojos, ni nariz, tampoco tenía los dientes.
-Era papá -habló Roberto.
Miramos hacia el bosque y luego nos miramos entre nosotros.
Zenda.
Roberto y yo nos pusimos a la misma altura mirando hacia el bosque.
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Anclada✔️
Manusia SerigalaPortada creada por: @luaescribe😍🛐 ¡Completa! Primero libro de la saga: Anclada. Un bosque. Una noche. Una chica. Un lobo. Hay mucho porcentaje de que salga bien... Pero Zenda nunca tiene buena suerte, nunca le sale bien algo. Esa noche cambió su...