24.

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Capítulo 24.

Capítulo 24

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· ─𖥸─ ·

La preocupación de Jisoo se disparó a los cielos cuando vio a su hijo comenzar a vomitar. Entendió que no se debía a uno de sus tan comunes ataques de ansiedad o pánico, había algo mucho peor.

Ella y Namjoon se encontraban en la sala de espera del hospital, ambos nerviosos y prácticamente comiéndose las uñas al no tener noticias sobre Jeon Jungkook. Tanto bullicio era abrumador y molesto, ni siquiera encerrarse en sus pensamientos más pesimistas ayudaba a que el ruido no fuera lo principal en sus oídos.

No había intención de intercambiar aunque sea una simple palabra, el enojo de Jisoo era enorme pero su preocupación lo es aun más. Se permitió suspirar, cruzando los brazos y echando la cabeza hacia atrás, recargándola contra la fría pared.

En cuanto a Satán, su interior era un completo e inexplicable caos entre llamas y sentimientos desconocidos. Con la espalda recargada contra la pared y los brazos cruzados sobre el pecho, mirando de un lado a otro capturando todos los sonidos posibles que le dieran una pista de dónde era atendido Jungkook.

Un médico apareció en el pasillo y tanto la humana como el demonio le prestaron atención, deseando que aquella persona fuera la que les daría noticias.

¿Familiares de Jeon Jungkook? preguntó el hombre en voz alta para todos los presentes en la sala.

¡Yo soy su madre! exclamó poniéndose de pie de un salto ㅡ. ¿Qué pasa con mi hijo? ¿Dónde está? Necesito verlo, por favor.

Señora, necesitamos hablar. Acompáñeme a mi consultorio pidió el hombre, señalando con su mano uno de los tantos pasillos del hospital.

Ella dudó y miró a Namjoon con temor, desconfianza y pidiendo ayuda. No quería ir sola porque sabía que recibiría malas noticias y ella no lo soportaría. Pero tuvo que ir, y Namjoon aprovechó para buscar a su humano por su cuenta.

Podía escuchar su risa cansada, su voz baja y débil expresando que se sentía bien y que quería marcharse a casa para descansar.

Cuando encontró la habitación y vio a Jungkook postrado en una cama, el caos empeoró con aquella imagen que presenciaba. Importando poco que el menor estaba acompañado de una enfermera, Namjoon entró y se acercó al azabache.

Hola Namu saludó con una sonrisa agotada. Su piel era un poco más pálida en ese momento junto a sus labios descoloridos.

¿Cómo te sientes? Me asusté mucho, ¿sabes? Nunca había experimentado tanto miedo en todos mis años de existencia le acarició el cabello con ternura y delicadeza, mientras con su mano libre buscaba la contraria para entrelazarlas.

Condenado | namkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora