13.

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Capítulo 13.

Capítulo 13

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· ─𖥸─ ·

Jungkook despertó de golpe muy agitado, su cuerpo cubierto por una fina capa de sudor frío y algunas lágrimas salían de sus ojos, ¿que le había pasado? Sencillo, tuvo una pesadilla.

Vió la hora en su reloj digital que descansaba sobre su mesita de noche, y éste indicaba las tres y media de la mañana. Se limpió el rostro con sus manitas y salió de su cama, necesitaba beber algo de agua para calmarse.

¿Porqué se sentía tan afligido? ¿qué había soñado que le afectó tanto? No podía recordarlo y poco a poco su cabeza comenzó a dolerle al intentar recuperar esa información. Bajó con cuidado por las escaleras hasta la cocina y allí encendió la luz, tardó algunos segundos para que sus ojos se acostumbraran a la luz.

Tomó un vaso de plástico en color rojo y lo llenó con agua fresca, la cuál no dudó dos veces en beber. Las ganas de llorar se hicieron presentes en él junto a una presión en su pecho. Tenía miedo, no entendía qué estaba pasando con él.

¿Jungkook?

La ronca y profunda voz de Namjoon recorrió su espalda en forma de una corriente eléctrica, el hombre se acercó para ser iluminado por el foco de la cocina. Vestía el mismo pantalón chandal de hace una semana, pies descalzos y una vez más su pecho al desnudo.

N-namjoon, ¿qué haces despierto? le preguntó en voz baja, como un susurro.

Eso debería preguntar yo, ¿porqué lloras? ¿te lastimaste? la preocupación se disparó en él y cortó la distancia que los separaba para tomar el delicado rostro entre sus manos.

Ojalá pudiera leer su mente para ayudarlo de la manera que necesitaba.

Creo que aclaró su garganta ㅡ, creo que tuve una pesadilla pero no logro recordarlo, me duele la cabeza cuando pienso en ello, ¿algo malo está pasando conmigo? le miró con angustia.

Todo estará bien, descuida, ¿quieres que duerma contigo? Digo, podría...

Si, si por favor quitó las manos que le acariciaban el rostro y abrazó a su mayor con fuerza, dejando salir las lágrimas que trataba de contener ㅡ. Tengo miedo.

Namjoon no podía evitar sentirse aún más atraído hacia aquel dulce humano que le abrazaba, debía ser un pecado ser malditamente tierno. Le acarició el cabello, intentando acomodar los mechones revueltos.

Conmigo estarás seguro, te lo prometo.

Sintió al menor sonreír y relajarse en sus brazos; luego de beber un vaso más de agua, Jungkook llevó a Namjoon a su habitación. Los recuerdos llegaron a la mente del demonio, precisamente en esa cama donde llegó a dormir con el niño encima suyo y le cubría con sus imponentes alas.

Condenado | namkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora