| UNO |

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—¿Podemos pasar por hamburguesas? —pregunto frotándome el estómago el cual me ruge con el hambre que tengo.

Salimos de trabajar y fuimos por Connor a la casa de Kuchel, que ahora viene dormido en la parte trasera del auto.

—¿Otra vez? —pregunta Levi mirándome de reojo. —Comiste eso ayer.

—¿Tienes algún problema con eso? —alzo una ceja y él rueda los ojos. Nunca aprende. Parece que le hace falta dormir unas cuantas noches en el sofá.

Pasamos al autoservicio y él comienza a ordenar. Ruedo los ojos cuando se pide una ensalada para cenar, ordena una caja feliz para Connor y me ordena una hamburguesa triple.

—¿Quiere agrandar las papás? —pregunta la chica en el intercomunicador.

—N...

—¡SI! —grito desde el asiento del copiloto y Levi me mira raro. —La soda también. ¿Podría agregarme un pie de manzana y un helado con chocolate?

La chica nos da el total de la orden y Levi avanza para retirar la comida y pagar. Le arrebato la bolsa del pie y tomo el helado para empezar a comerlo. Levi sale del autoservicio para entrar a la carretera nuevamente y Connor no parece querer despertar.

El pie lo dejo para tomarlo cómo postre luego de la cena, pero... ¿Qué pasaría si lo unto con helado?

El estómago me ruge aún más y lo saco del empaque, le unto helado y le doy una mordida, gimiendo cuando la mezcla de sabores me explota en la boca. Puedo tener un orgasmo por lo bien que sabe. Sé que Levi me mira mal, pero lo ignoro para que no me interrumpa el placer de la comida.

Para cuando entramos a nuestra residencial, mi helado y mi pie se han terminado y contengo las ganas de llorar, porque no ha sido suficiente para mí. Saco la comida y Levi saca a Connor en brazos quien no ha despertado aún. Entramos a casa y lo deja durmiendo en el sofá mientras subimos para ponernos cómodos.

Levi se pone un pantalón de chándal y una camisa blanca de algodón la cual se le pega al cuerpo, dejando ver sus músculos a través de ella. Me muerdo el labio cuando lo veo salir y sacudo la cabeza para desviar mis pensamientos eróticos.

Me coloco una camisa de gran tamaño que sirve como un vestido y bajo así. Connor comienza a despertarse y se sienta en el sofá. Servimos la comida y se nos une para comer.

—Oye, papá...—empieza Connor a hablar. Toma una papa y la llena de salsa de tomate antes de metérsela a la boca. —¿Puedes comprarme algo en uno de mis juegos?

—¿Algo cómo qué? —pregunta Levi dándole un sorbo a su vaso con agua.

—Verás... Marcus y yo jugamos a lo mismo y me ha contado que hay un atuendo en la tienda, pero se compra con dinero real... no lo entiendo. Dijo que su padre se lo había comprado, así que me dijo que te dijera a ti si podías comprarlo.

—Claro. —Connor parece feliz y se encarga de seguir cenando. Sus ojos se alzan hacia mí y los abre muy ampliamente.

—¿Estás bien, mami?

—Si, ¿por qué? —le pregunto con la boca llena de comida. Joder, no puedo dejar de comer. Es cómo si cada bocado que trago se va por un hoyo negro, porque mi estómago se siente cómo si estuviese completamente vacío.

—Sólo preguntaba...—dice y continúa comiendo.

Terminamos y limpiamos entre los tres todo lo que ocupamos, dejando la cocina resplandeciente. Nos movemos hacia la sala de estar y Connor enciende su consola, Levi registra su tarjeta a la cuenta y compra lo que Connor quería.

Una vida juntos || +18 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora