| TRECE |

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| LEVI ACKERMAN |

—No lo entiendes papi, son de suma importancia para mi existencia, para poder respirar, para poder escapar de esta cruel realidad a la que llamamos vida.

Ruedo los ojos mientras espero que el semáforo se ponga en verde. Lía va a mi lado en el asiento del copiloto y Ally en la parte de atrás del auto. Cambiaban de posición a la ida y al regreso pero la música que escuchaban seguía siendo la misma mierda insufrible que me tiene con migraña.

—Pero los has leído ya en tu teléfono ¿Para qué los quieres en físico? —Inquiero.

—¡Un buen libro se disfruta más en físico, papi!

Quince años desde que las loras nacieron y ahora exigen más que antes, todo es gasto y gasto, un constante "papi quiero esto, papi quiero aquello". El pasatiempo favorito de mis hijas es hacer que mi cuenta de banco baje muchas cifras en el mes... No tengo problemas, pero son insufribles.

Llegamos al lugar donde venden los libros que quieren y aparco el auto afuera. El lugar parece más una cafetería que otra cosa y ambas bajan del auto y entran como si estuviesen a punto de cerrar.

Es tipo una librería café, donde se reúnen personas para hacer lecturas grupales o escritores amateurs buscando un lugar perfecto para escribir. Hay unas cuantas mesas disponibles para sentarse, así que me pido un té negro para esperar a que las loras escojan lo que llevarán.

Me siento en una mesa con mi té y saco mi teléfono cuando recibo un mensaje. Sonrío internamente al ver que era de la lora mayor.

______: ¿Rojo o negro?

Frunzo el ceño sin saber a qué se refiere. Espero que no esté pensando nuevamente en comprar una alfombra para el salón de casa, porque parece que cambiar el color de ella es su pasatiempo favorito cada mes.

Levi: ¿Qué cosa?

_____: Solo escoge un color.

Levi: Negro.

Ninguno de los dos colores combina con el resto de la decoración de la casa pero... Me quedo como piedra al recibir una foto de ella cubierta con una fina lencería de encaje color negro que me pone la polla dura. Pueden pasar los años y ella siempre sigue siendo mi fantasía favorita.

Y es que a mi esposa los años le sientan cada vez mejor, cada día más hermosa y apetecible.

—¿Levi? —doy un respingo y bloqueo mi teléfono rápidamente, asustado de que alguien más hubiese visto la foto de _____. Alzo la mirada para encontrarme con unos ojos marrón muy hermosos que reconozco con rapidez. —Vaya, estás igual que hace muchos años.

Petra Ral se sienta frente a mi con una sonrisa amplia en el rostro, sigue siendo la misma mujer de baja estatura, con el cabello rojo y con los ojos marrones que hace años. Aunque al igual que a mí, los años ya nos hacen ver más maduros.

—Petra, es bueno verte.

Sonríe y sus mejillas se sonrojan levemente, como siempre lo hacía cuando estábamos en la universidad y se cruzaba conmigo.

—Igualmente, no has cambiado nada ¿Cómo has estado?

Conversamos por un rato y me cuenta que ahora es maestra en la misma universidad de dónde nos graduamos y que sus alumnos son la razón por la cual tiene más canas en el cabello. No puedo evitar mirarlo rápidamente para comprobarlo, pero no hay ninguna a la vista.

Detrás de ella observo a mis hijas, las cuales me buscan con la mirada y las manos repletas de libros, en definitiva, me llevarán a la ruina.

Petra nota mi mirada en un punto detrás de ella y gira su rostro para ver lo mismo que yo.

—¿Quiénes son? —pregunta cuando voltea a verme de nuevo.

—Mis hijas.

Abre los ojos al igual que su boca y gira nuevamente hacia ellas para verlas acercándose, baja su mirada regresándose a mí y sonríe levemente.

—Son hermosas —dice con vergüenza —Son todo lo que hubiese querido tener contigo.

Frunzo el ceño cuando su respuesta me toma desprevenido pero no puedo responder nada porque las gemelas llegan a la mesa.

—¡Es cansado cargar con tanto libro, papi, ayúdanos! —dice Lía y luego ambas fijan su mirada en Petra, que las mira con atención.

—¿Y tú quién eres? —Pregunta Ally con los ojos entrecerrados mirando a la castaña fijamente.

Ambas son demasiado celosas cuando de otras mujeres se trata. Aún más que mi esposa. Mis hijas son como dos guardaespaldas que me cuidan de cualquier femenina que se cruce en mi camino.

—Ella es Petra, una compañera de la universidad.

Ella les sonríe a ambas y se pone de pie para extenderles la mano.

—Es un gusto chicas, son como una copia de su padre. —Ella ríe y toma la mano de ambas cuando la aceptan.

—Nos parecemos más a mamá en realidad. —responde Ally y es mentira, porque se parecen más a mí al igual que Connor. Pero apreciaba mucho mi vida como para decir eso en voz alta.

—De seguro tienen una mamá muy hermosa. —Dice Petra.

—En efecto, la tenemos. —canturrean las dos al mismo tiempo.

Me pongo de pie cuando ya es suficiente platica, además, tengo algo importante que descubrir en mi habitación y eso es, a mi esposa en lencería.

—Bien, vamos antes de que me arrepienta de pagar tanta cosa que llevan.

Ambas se despiden de Petra con una sonrisa y caminan hasta la caja registradora cargando el montón de libros. Podría ayudarles, pero no lo haré.

—¿Q-quién es la madre? —me pregunta antes de que me despida.

No era secreto que Petra había estado enamorada de mí desde que nos conocimos en la universidad, pero jamás acepté sus sentimientos porque yo ya estaba completamente enamorado de _____.

La castaña se distanció de mí cuando _____ ingresó a la universidad e hicimos nuestra relación pública dentro de ella.

—La misma mujer con la que llevo años de tener y que cada día se vuelve imposible dejar de amar.

Sus ojos brillan con algo que no sé identificar... tristeza, dolor, compresión, resignación. No lo sé.

—Es muy afortunada, lo digo de verdad.

—No, Petra, el afortunado soy yo.

Le doy un apretón a su hombro en forma de despedida y le paso de largo. Es una lastima no decidir a quien amar y simplemente hacerlo, viviendo con ese sentimiento todos los días de tu vida y quemándote por dentro al no ser correspondido.

Y lo digo por ella. Porque yo, tengo la dicha de estar con quien quiero y amo. Y espero que Petra pueda encontrar a alguien que la ame justo como yo amo a mi esposa. 

| ESTA HISTORIA ESTÁ SIENDO RESUBIDA |

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Te amo,

Fer.

Una vida juntos || +18 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora