|| CONNOR ACKERMAN ||
Mi madre se embarazó de mí muy joven y sin haber terminado su carrera. Mis abuelos me contaban -cuando vivían- que ella hacía malabares conmigo y con la universidad, que muchas veces ellos tenían que intervenir para que ella pudiera salir con todos sus pendientes.
Mi papá tomó el mando de la empresa de su familia nomás graduarse, por lo que el dinero y las comodidades nunca fueron algo por lo que ellos debían de preocuparse.
—Connor, cuando tú naciste tu mamá tenía una sonrisa de oreja a oreja—me dijo mi abuela Kuchel un día que estábamos bebiendo el té—. Acariciaba tus mejillas regordetas y suaves, lloraba y te besaba la nariz disculpándose por mojarte con sus lágrimas. Hacía malabares contigo y con la universidad, pero logró terminarla y empezar a trabajar en la empresa junto con tu papá.
—Hubiese sido más fácil si hubiesen esperado para formar una familia, ¿No crees, abuela?
Se encogió de hombros mientras bebía de su taza.
—Nunca los escuché quejarse de tenerte, Connor. Así es como funciona el amor, los momentos difíciles no existen cuando hay algo tan importante de por medio. Eso, eras tú.
Ese día llegué a cenar a casa de mis padres para escuchar a mis hermanas hablando de las clases de la universidad. Al igual que yo, no estaban interesadas en hacerse cargo de la empresa de papá y a él no parecía importarle.
Siempre nos habían dicho que escogiéramos lo que nos apasionaba, lo que nos hiciera felices.
Papá y yo salimos a beber una cerveza al jardín debajo de la noche, junto con el sonido de los grillos y uno que otro sapo entre los arbustos de mamá.
—Papá...
—¿Uhm?
—¿Qué pensaste cuando yo nací? —no me miró— Es decir... ¿No creías que eran muy jóvenes?
Se quedó pensando con la vista fija en las ondas del agua de la piscina que se formaban por el viento que hacía ese día. Suspiró y dejó la botella vacía sobre la mesa.
—Pensé que era la mejor noticia de mi vida—me miró. A veces era extraño verlo porque, era como ver una versión mía pero mayor. Con algunos mechones de cabello desteñidos por el paso de los años, algunas líneas de expresión en su rostro pero siempre luciendo... Bien—. Y cuando tu naciste, vi más colores en el mundo de los que ya había visto durante veintiséis.
Esa noche me despedí de mamá y papá rumbo al apartamento -el hogar- que compartía con Marie quién yacía dormida sobre nuestra cama. Al sentirme, se acurrucó bajo mi brazo, con su mejilla sobre mi pecho justo donde latía mi corazón.
Muchas veces me pregunté como era amar a alguien con la misma intensidad con la que mis papás se amaban y nunca podía imaginarme algo como eso, hasta que descubrí que Marie era con quién quería estar.
Los latidos del corazón dejan simplemente de bombear sangre y laten en nombre de otra persona.
Mamá me dijo una vez qué, su corazón ya ni siquiera latía para mantenerse con vida, porque la razón por la que ella vivía era por nosotros. Que si uno le llegase a faltar, ella moriría en el instante.
Y aunque me pareció un poco dramático de su parte -porque ella es dramática- le creí. Le creí porque es justo lo que pasaba con Marie. No podía imaginarme viviendo en un mundo donde ella no existiera más, donde no estuviera para sentir su calor, la suavidad de sus manos o sus besos o donde no escuchara su respiración sobre la mía.
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Una vida juntos || +18 🔥
Teen FictionEscenarios que muestran la vida de Levi y ____ como esposos y su nueva etapa de padres de gemelas (◕દ◕). || ADVERTENCIAS || ⚠️Contiene lenguaje vulgar y explicito. ⚠️ Situaciones donde se habla sobre alcohol y drogas. ⚠️ Las imágenes, canciones o vi...