| TRES |

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—No lo sé, Mikasa. No quiero dejar a las bebés solas.

Ally duerme plácidamente en los brazos de Mikasa mientras que Lía mama teta, sus ojos bien abiertos mirando mi rostro como si fuese algo fascinante para ella.

Han pasado tres meses desde su nacimiento y cada día es mejor que el anterior, aunque más cansado debo decir. El que sean dos implica doble de esfuerzos, doble cuidado, doble desvelo y el doble de tiempo para dedicarles. A todo eso le suma que Connor es un niño que demanda mucha atención, por lo que mis días pasan muy ocupados últimamente.

Levi y yo hacemos malabares con nuestros hijos, pero Mikasa y Eren siempre están para ayudarnos, al igual que nuestros padres que no nos han abandonado.

Dentro de unas semanas se me acaba el permiso de maternidad y eso implica regresar al trabajo, Kuchel y mi mamá se ofrecieron a cuidar de las niñas para que no buscáramos de una niñera así que accedimos, preferíamos eso a que una extraña cuidara de mis hijas.

Aunque sé que Levi no tarda en decirme que abandone la empresa para enfocarme en los niños si así lo quiero. Amo mi trabajo, pero también amo ser mamá a tiempo completo. Tendré que pensármelo muy bien antes de tomar cualquier decisión.

—Eren, Connor y yo las cuidaremos.

No puedo dejar de ver a Lía. Verlas es una sensación y conexión que no puedo explicar. La habitación con el olor a bebé y los colores rosa pastel por todos lados me dan una paz increíble y a ellas también.

Eren se encargó de adecuar la habitación para las bebés en los días que estuvimos en el hospital, así que ahora todo es rosa. La ropa que habíamos comprado para lo que sería un niño la hemos donado y tuvimos que comprar ropa de nena... por partida doble.

Mi hija cierra los ojos y deja de mamar, se ha quedado dormida y sonrío al sentir como suelta la teta. Me acomodo la blusa y la dejo en su cuna al igual que Mikasa deja a Ally.

—No lo sé, le preguntaré a Levi.

—Ambos lo necesitan, solo será una noche.

Suspiro. Levi y yo tenemos bastante tiempo de no pasar tiempo solo para nosotros, tenemos meses sin sexo, pero tampoco es algo con lo que me sintiera cómoda aún, mi cuerpo no ha vuelto a la normalidad y es un poco incómodo para mí.

Mi vientre continúa hinchado y sé que será un proceso aún más lento luego de haber fabricado a dos bebés.

Levi siempre que me mira desnuda termina más duro que una piedra, pero él entiende que aún no me siento lista. Aunque no esté de acuerdo con la forma en la que me siento, lo entiende para hacerme sentir cómoda y dejar que me tome mi tiempo.

Salimos de la habitación de las niñas y vamos hasta la sala de estar donde se encuentra Connor, Levi y Eren.

—No iré.

—¿Pero por qué?

—Por qué no.

Mi esposo discute con Eren, el cual parece hostigado. Connor los ignora mientras juega en su consola y me pregunto si no tiene tareas que hacer.

—¿Adonde no iras? —me siento en las piernas de Levi en un arranque de... no sé de qué, pero lo hago. Él me mira con el ceño fruncido y con un poco de extrañez por mi acción, pero no reniega.

Rodeo su cuello con mis brazos y él me toma de la cintura para que no me caiga.

—Lo han invitado a una cena de gala y no quiere ir.

—¿Quién? —giro a verlo y el rueda los ojos.

—Uno de los socios mayoristas de la empresa, abrió un casino y nos invitó. —Me dice sin tomarle tanta importancia.

Una vida juntos || +18 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora