Una vida juntos || +18 🔥

| DIEZ |

N/A: Para que puedan ubicarse en este punto de la historia, Connor está cursando su último año antes de irse a la Universidad. Tiene 17 años y las gemelas 10.

|| CONNOR ||

—¿Entonces qué dices? —aparto la vista de dónde la tenía y la enfoco en Carla, quien está jugando con uno de los rizos de su cabello.

—¿De qué? —resopla y se cruza de brazos frente a mí.

—¿No has escuchado nada de lo que te he dicho? —frunce el ceño y empiezo a ponerme nervioso porque la verdad es que no, no he escuchado nada desde que vi a Marie a unos pasos de mí, hablando con un idiota.

—Ah, bueno... No lo sé.

—¿Qué no sabes? —alza una ceja.

Mierda.

—Bueno... es que yo...

—¡Te pregunté si quieres salir conmigo hoy en la tarde!

Ya sabía yo que enredarme con Carla no era una buena idea. Tampoco es que haya estado en mis cinco sentidos esa noche, ya que Marcus me preparó unas bebidas explosivas. Así las llama él. Necesité tres para empezar a marearme.

No le digan a mamá, por cierto.

Una risa familiar me vuelve a distraer y aprieto los puños cuando veo a Marie reírse ampliamente con el idiota frente a ella.

¿Por qué la hace reír así?

Tiene muchos días de no hablar conmigo desde que se dio cuenta de lo mío con Carla. No por mi propia boca, sino porque esta chica lo divulgó por todos lados cómo si fuese el logro más grande de su vida.

Mi sangre se calienta cuando el chico levanta una de sus sucias y asquerosas manos y toca el rostro más bello que he visto en mi vida.

—Luego hablamos. —Carla dice algo cuando la aparto de mi camino y me acerco a Marie. Ella me ve sobre él hombro del chico antes de que llegue y entrecierra los ojos advirtiéndome que no me acerque más.

Con cada paso que doy para acercarme alcanzo a escuchar al idiota estúpido llamándola linda e invitándola a salir. Si, eso no pasará.

—Entonces... este fin de semana...

—Está ocupada. —Pongo mi brazo sobre los hombros de la castaña que se tensa a mi lado y el chico me mira fijamente. Lo reconozco como el capitán de baloncesto de la escuela y es aquí donde agradezco ser alto como mi Tío Kenny y no un enano como mamá.

Tampoco le digan eso.

—Este fin de semana está ocupada. También el siguiente y el siguiente. Es más... está ocupada por siempre de aquí en adelante. —Le dedico una sonrisa al idiota y él sonríe con picardía.

—Ackerman, veo que saliste de las faldas de Carla...—se ríe y Marie se pone aún más tensa a mi lado. Aprieto la mandíbula y estoy a punto de responder cuando el timbre suena indicando el fin del almuerzo. —Bueno, nos vemos luego.

Se da la vuelta y se pierde entre la multitud de estudiantes uniformados que buscan sus salones de clases.

—¿Qué carajos, Connor? —Marie sale de mi agarre y me enfrenta. La conozco desde siempre y sé muy bien cuando está cabreada. —¡No tienes derecho a eso que acabas de hacer!

—¿Querías salir con ese idiota? —doy un paso más cerca de ella y no pierde la postura ni siquiera un poco. Pueda que su físico sea similar al de la tía Hange, pero su inteligencia y presencia es tan fuerte como la del tío Erwin.