Una vida juntos || +18 🔥

| VEINTICUATRO |

|| LEVI ACKERMAN ||

—Ally Ackerman...—observo el recorrido de Ally y contengo la respiración cuando le dan el título. Sonríe ampliamente cuando le da el apretón de manos a sus maestros y camina hasta dónde el fotógrafo para posar.

Unos minutos después es el momento de los graduados de la carrera de Lía.

—Lía Ackerman...

Mi otra hija hace lo mismo y ruedo los ojos al ver cómo ha decorado su birrete de graduación. Le ha puesto piedras brillantes y por más que traté de convencerla para que no hiciera tremenda ridiculez, no hizo caso. Es una terca igual que la madre.

Por otra parte, mi esposa al lado mío no ha dejado de llorar desde que salimos de casa y observo como su mano tiembla mientras graba la graduación de nuestras gemelas. Ni siquiera está grabando bien porque su llanto se lo impide... Pero prefiero no decirle eso.

A mi edad, dormir en el sofá ya no está bien.

Es decir, nunca ha estado bien... Pero ahora está peor.

Salimos del auditórium en busca de las gemelas y nos encontramos con Connor y Marie. Los gemelos ya caminan por sí solos, así que ambos han preferido no entrar al acto y quedarse afuera con ellos.

—¿Y las loras? —pregunta Connor y su madre le pega en el brazo. —Ora... ¿Por qué me pegas?

—No las llames así en su día especial. Mis pequeñas niñas...—solloza nuevamente y ruedo los ojos mientras alzo a Dalton, quien se ha acercado con los brazos extendidos hacia mí. También ignoro mi dolor en la espalda y la forma en la que mi rodilla cruje. Maldita vejez.

—Ten cuidado papá, no te vayas a joder la espalda como la otra vez...—dice Connor con diversión.

—Ten cuidado tú y esas canas que te cargas...

Le digo mientras le paso de largo y me quedo satisfecho al ver como se le borra la sonrisa de la cara. Encontramos a las gemelas entre el montón de estudiantes y padres junto con sus amigos y todos nos saludan. Bueno, saludan a mi esposa porque yo no quiero que ese montón de cagados me toquen.

Ni siquiera quiero que toquen a mi mujer, pero ella se deja querer.

_____ empieza a tomarle fotos a las gemelas para tenerlas de recuerdo y una hora después estamos en un restaurante para cenar en familia. Aunque está Eren también.

—Recuerdo como si hubiese sido ayer cuando Lía caminaba por casa con el pañal todo cagado...—dice Eren mientras alza una copa hacia nosotros—. Me seguía a mí porque me quería llenar de su mierda, pero yo corría porque si no tuve hijos fue para no llenarme de caca ajena... ¿Entienden?

Todos lo miramos de mala gana y prefiero ignorarlo para darle de comer a mi nieto, quién no se me ha despegado desde que estábamos en el campus.

—Una vez encontré a Ally comiéndose los mocos y...—dejo de prestarle atención a Eren cuando Dalton tose y le paso su botella de agua para que beba.

—Gashas, aguelo...

Sonrío plenamente porque jamás me acostumbraré a esta vida. Pensé que la primera vez que Connor me había llamado papá era el día más feliz de mi vida. Pero luego cuando lo hicieron las gemelas fue como una punzada directo al corazón.

Pero que Dalton y Leon me llamen abuelo es... inexplicable. Un amor completamente diferente y puro que me hace querer sonreír a cada minuto. Si pudiera darles el mundo lo haría sin dudarlo.

La primera vez que llamaron abuela a mi esposa lloró toda la noche. Pero no de tristeza, sino de felicidad.

—Bien, es momento de los regalos.