—No me extrañen mucho, loras.
—¿Extrañarte? ¿Estás loco? Vivirás como a quince minutos de aquí, ni que te fueras al otro lado del mundo.
—Bueno eso podrías explicárselo a mamá...
Levi me tiene abrazada en la puerta de la entrada, el camión de mudanza ya había partido y Eren está metiendo las maletas de Connor a su auto, él lo llevaría hasta su nuevo apartamento que queda a unos minutos de nuestra casa.
Levi acaricia mi espalda mientras yo lloro desconsoladamente con la cara escondida en su cuello. El día que no quería que llegara al fin llegó, mi primer hijo, mi niño, mi príncipe, la luz de mis ojos se iba de casa.
Connor está en su penúltimo año de la carrera y comenzará su servicio social en el hospital del centro de la ciudad. Tiene casi veinticuatro años y Levi cree que es momento de que tenga su propio espacio y sepa cuidarse solo.
Claro que, si por mi fuera, lo tuviera conmigo para siempre.
Mi hijo era lo suficiente mayor para empezar con su nueva vida, valerse por si solo y ser independiente.
—Cariño, tranquilízate. —Levi me habla en susurros sin dejar de acariciar mi espalda, me siento tan triste que ni siquiera he podido ver como sacaban las pertenencias de la habitación de mi hijo.
¿Cómo no voy a estar triste si mi bebé no tan bebé se irá de mi lado?
Me separo de él con la cabeza baja mirando hacia el piso, porque había llorado desde el día anterior y mis ojos deben de estar como los de pescado ahogado... ¿Los peces se ahogan? No lo sé, pero así tengo los ojos.
Connor se acerca luego de despedirse de las gemelas, abraza a Levi y se mantienen así un largo rato. Escucho las palmadas que se dan en la espalda y escucho a Connor dándole las gracias a Levi por todo su apoyo.
Levi le dice lo orgulloso que está de él y que esta siempre sería su casa. Levi es hombre de pocas palabras y no demuestra sus sentimientos fácilmente, pero sé que está triste o nostálgico por la partida de Connor.
Todos lo estamos, pero más él y yo. Porque es nuestro hijo y ha sido el primero, el que nos enseñó a ser padres y nos adentró a este mundo lleno de locura y llantos pero sobre todo, amor.
Se separan y suelto un sollozo cuando se acerca mi turno.
—Recuerda que...—paso saliva para calmar el dolor que me provoca el nudo en la garganta. —No tienes que meter ropa de color junto con la blanca.
—Lo sé, mamá.
—No pidas mucha comida chatarra, no le abras a extraños, sé responsable con tus pagos...— escucho como ríe. Me duele tanto pensar en que ya no estará conmigo. Coloca dos de sus dedos en mi barbilla y levanta mi rostro hacia él.
Levi era lo más hermoso que mis ojos habían visto hasta que mi hijo nació, a pesar de ser igual a su padre, Connor tenía un no se qué diferente. Su cabello azabache tenía la forma del de su papá, sus facciones eran finas y su mandíbula detallada, sus ojos de un gris profundo que se miraban rojos y llenos de lágrimas.
—Mamá, estaré bien. —Me besa la frente y luego sus brazos me envuelven apretándome fuerte a él. Lo abrazo, aferrándome tan fuerte a él que hace que el momento sea aún más doloroso.
Odiaba la vida en este momento, porque desde que Connor cumplió quince todo se ha pasado demasiado rápido. Ahí, estrechada a él lloro como nunca antes lo he hecho.
Escucho a una de las gemelas detrás de mí tratando de consolarme, diciéndome que vivirá a quince minutos de nosotros... Pero... no lo entienden. No entienden que habrá una silla vacía en la mesa. Que ya no seremos cinco, sino cuatro. Que mi hijo ya no me necesita porque ahora es un adulto que sabe valerse por sí mismo.
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Una vida juntos || +18 🔥
Teen FictionEscenarios que muestran la vida de Levi y ____ como esposos y su nueva etapa de padres de gemelas (◕દ◕). || ADVERTENCIAS || ⚠️Contiene lenguaje vulgar y explicito. ⚠️ Situaciones donde se habla sobre alcohol y drogas. ⚠️ Las imágenes, canciones o vi...