Una vida juntos || +18 🔥

| VEINTE |

—Dime de nuevo la razón por la que tu hermana no viene—aparco el auto afuera del centro comercial y miro a Ally mientras toma su bolso y desconecta su teléfono del auto.

—Porque comeré con Daniel, papá.

—¿Y? —me mira con los ojos entornados y yo la imito. Mi corazón da un vuelco por su parecido conmigo pero con algunos rasgos de su madre.

—Es como una cita, papá.

—Tuviste una cita con él hace dos días.

—¿Hay un limite de citas? —se muerde el interior de la mejilla y sus ojos se llenan de duda.

—Los habrá pronto, impuestos por mí.

Suelta una risotada y se inclina para abrazarme y darme un beso en la mejilla. Ally tiene unos cuantos meses de estar saliendo con un tipo que conoció en la universidad.

Claramente he tenido un arranque de celos de padre que fue obligadamente detenido por mi adorada esposa, que me ha amenazado con dormir dos meses en el sofá si osaba impedir que una de mis hijas empezara a salir con un muchacho.

Saco mi billetera cuando Ally se aleja y saco unos billetes para ella.

—Esta bien papá, traje suficiente dinero.

—No te estoy preguntando. Tómalo, no gastaras tus ahorros en una salida con un idiota.

Sonríe y lo toma para guardarlo en el bolsillo. Me da un beso más en la mejilla y sale del vehículo. La veo entrar al centro comercial y pongo el auto en marcha con rumbo hacia la casa. Me desvío unos minutos después para entrar al auto servicio de comida rápida y llevar unas hamburguesas para las otras dos loras.

Mi teléfono suena y la imagen de Lía aparecie en el aparato. Es una de las mil millones de fotografías que se toma con mi teléfono. En esta, tiene unos lentes de corazón y está sacando la lengua... Muy cerca de la cámara.

—¿Qué?

—¡Paaaaaaaaapi! —canturrea y pongo los ojos en blanco, esperando que despachen lo que he pedido en la ventanilla—. ¿Podrías traernos comida? ¡Morimos de hambre!

—Estoy en ello.

—¿Qué dice? —escucho a mi esposa a lo lejos detrás de la línea.

—Dice que ya está en ello.

Tomo la comida y la dejo sobre el asiento del copiloto, le tiendo la tarjeta a la chica para que cobre y espero por un momento más.

—Dile que quiero una hamburguesa co...

—Con doble queso, tocino, cebolla caramelizada, papas extra grandes y una coca cola light—termino antes que mi esposa lo haga y escucho un grito de felicidad.

—¡Te amo!

—Bien papi, aquí te esperamos ¡Besitos y abrazos!

Cuelga y la chica me devuelve mis documentos y parto de nuevo a casa.

‡

—Que estúpida oveja...

—Y que masoquista es el león...

—¡AAAAAHHHHHHH! —respingo con el chillido de mi esposa y de Lía que están sentadas en la alfombra comiendo la comida que les he traído. Estaban mirando una película de romance sobre un vampiro y una humana que antes de generarme ternura me daba rabia.

Tienen mucha comida en el piso que va desde palomitas saladas, palomitas dulces, gomitas, chocolates y más cosas que ni se alcanzarán a comer... O quizá sí, me esperaba cualquier cosa de ellas.