82. -Con amor para siempre

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Narra Aly

Meses después...

—¡Diego! ¡Amor! ¡Ven a ver esto!— estaba parada frente a la cuna de nuestros hijos, estaban por abrir los ojos, era emocionante.

—Vamos, abre los ojos Sebas— habló Diego con delicadeza una vez que llegó a mi lado.

—Vamos amor, ábrelos— poco a poco Sebastian abrió los ojos. Diego y yo nos miramos sorprendidos.

—Ander— le hablé— Faltas tu amor, abre los ojos.

—Abre los ojos príncipe— Diego acarició su cabeza— ... Ander, habla papá— los pequeños ojos del bebé comenzaron a abrirse casi como si entendiera a la perfección lo que le estábamos pidiendo.

—Amor— tomé la mano de Diego— Ambos tienen los ojos de mamá— mi voz se quebró. Diego me abrazó.

—Nunca te ha dejado amor y estoy seguro de que ella nos mando a nuestros pequeños.

Sus palabras llegaron a mi corazón, tenía razón.

Mi vida habia dado un giro de 180 grados a partir de la llegada de Ander y Sebastian, claro que era mas cansada, cuidadosa, y a veces hasta tediosa, pero era lo mejor que me había pasado sin duda alguna

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Mi vida habia dado un giro de 180 grados a partir de la llegada de Ander y Sebastian, claro que era mas cansada, cuidadosa, y a veces hasta tediosa, pero era lo mejor que me había pasado sin duda alguna.

Los amaba. Amaba a mis hijos y a mi esposo. Mi familia.

Diego como padre era excepcional, atento a mis necesidades y a las de nuestros hijos.

Apenas terminé la cuarentena, Diego se movilizó para contratar dos niñeras para que me ayudasen con nuestros hijos, pues si tener un hijo es difícil, tener dos es mucho mas.

Eso no quiere decir que nos desentendimos de ellos, yo siempre estoy presente por cualquier cosa que necesiten.

Hoy estaba en casa, ambos bebés estaban dormidos, era hora de su siesta. Me llegó una notificación a mi celular.

"Hola, disculpa la molestia, no sabía si mandarte este mensaje o no, pero después de pensarlo tanto tiempo, aquí estoy.

Vi que ahora eres madre y no sabes lo feliz que me hace saber que eres feliz con tu familia, aunque no te voy a negar que en algún momento me pasó por la mente que esa familia pudo haber sido nuestra, y si te soy sincero, me rompí un poco al pensarlo, pero aún así se que fue lo mejor, aun no estabas preparada para dar el siguiente paso, y solo por eso todo esta bien.

Espero no haberte incomodado con este mensaje, creo que con esto me despido para siempre de ti y también de una parte de mí, porque al irte, te la llevaste contigo.

Sigue luchando por tus sueños, eres una mujer maravillosa.

Con amor para siempre, Hector."

No supe que hacer, estaba paralizada, si me preguntan.

Agradecía sus buenos deseos, pero se me hacía inútil responder, después de todo yo ya tenía una familia maravillosa y lo que menos quería era tener algún tipo de problema con Diego mi esposo por una persona que ya no forma parte de mi vida.

Agradecí mentalmente sus buenos deseos y borre el mensaje.

***

(Meses después)

Hoy era el primer partido al que iba después de mucho tiempo, y era el primero para nuestros bebés.

A ambos los vestimos con la playera de la selección, se veían muy tiernos.

Como antes mencione, era su primer partido, así que mi papá quiso que estuvieran a su lado, tanto así que compró una cangurera doble para tenerlos las dos horas del partido, se me hizo un gesto muy tierno, mi padre como abuelo era el mas cariñoso y consentidor, además debo admitir que necesitaba un descanso de esas pequeñas criaturas, quería ver el partido tranquilamente y me quedaba muy tranquila de saber que estaban al cuidado de mi papá.

Como teníamos previsto, ganamos, 1-0 gol de Diego. Lo conozco tanto que sabía que estaba mas motivado de lo normal y es que teníamos dos motivaciones excepcionales de ahora en adelante.

Su desempeño era muy notable, no solo para mi, sino para todos los presentes en el estadio, los reporteros lo comentaban y los aficionados también.

Fui a la cancha a felicitar al equipo, pero en especial a mi esposo, pues gracias a él teníamos la victoria el día de hoy.

—Lo hiciste, cielo— lo besé.

—Por ustedes— me dió un beso en la frente.

Dos reporteros llegaron a donde nosotros. Me quise hacer a un lado para darle espacio a Diego, era su momento, pero me aferro a él por la cintura, así que me quedé a su lado.

—¡Diego, Diego!— dijo una de ellos— ¿Como vives la victoria el día de hoy? Tu nos regalaste ese gol.

—Nada, muy agradecido con Dios y con la vida porque justo estoy como quiero, con las personas que quiero, hace unos meses me convertí en papá y estoy junto al amor de mi vida, y bueno, ahora la victoria, no tengo nada mas que pedir.

—¿Y como es tu nueva etapa como mamá?— la pregunta me cayó de sorpresa.

—Maravillosa, aunque algo cansada debo admitir— reímos— Pero es todo lo que siempre habíamos querido, ahora somos mas felices con nuestros bebés.

—¿Y como fue la sorpresa que se llevaron al saber que venían dos en camino?

—Bueno yo quede en shock realmente, nos costó mucho que yo quedara embarazada, y de repente nos dijeron que eran dos, no supe que hacer o decir, el que preguntó las indicaciones y todo eso fue Diego.

—Yo estaba muy emocionado, y preocupado a la vez, por ella y por ellos, dicen que tener un hijo es duro y la hora del parto aún mas, así que tenía muchos nervioso de que llega la hora, y también estaba preocupado por mis hijos, claro, ya que anteriormente nos fue muy duro y complicado todo.

—Lamentamos mucho escuchar eso, pero bueno o malo ya todo pasó y esta bien, tienen dos hijos hermosos y sanos, esperamos que todo siga como hasta ahora.

—Muchas gracias— dijimos mi esposo y yo al unísono.

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora