¿enamoradx de bucky barnes, mejor conocido como the winter soldier, aka white wolf?
aquí, encontrarás historias cortas, donde james bunachan barnes es el protagonista.
#1 en newyork [26/10/21]
#3 en capitanamerica [13/09/21]
#5 en rdj [19/11/21]
#6...
imagina que los demás ayudan a que tú y bucky se acerquen.
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mientras dejabas tu computadora aún lado de la cama, agotada, pero satisfecha por ya haber terminado todos los informes de misiones pendientes de hace un par de semanas, te estiraste aún sentada suspirando pesadamente, sinceramente no sabías cuanto tiempo había pasado desde que habías empezado.
—buenas tardes, señorita —la voz de friday te sobresaltó un poco, por lo repentina que podía ser a veces, reíste para ti misma por tu susto.
—hola friday ¿qué sucede? —preguntaste al aire, soltando tu cabello de su agarre algo cansada.
—el señor stark requiere su presencia en la sala de reuniones —suspiraste.
—no me digas ¿reunión otra vez? —comentaste sarcástica, poniéndote un par de zapatillas que encontraste cerca tuyo.
—sólo necesita su presencia unos instantes —miraste confusa hacia la puerta de tu habitación, pero luego encogiéndote de hombros asentiste.
—gracias friday.
la voz de la inteligencia artificial del filántropo se desapareció a los segundos, suspirando saliste de la habitación en dirección a la sala de reuniones, donde el filántropo estaba esperando tu presencia.
—¿me buscabas? —preguntaste entrando a la habitación, donde viste a tony de espaldas, mirando uno de los ventanales de cristal, al sentir tu voz se volteó al instante, quitándose sus lentes con una sonrisa.
—exactamente, siéntate —miraste extrañada una de todas las sillas vacías de la sala, y te sentaste sin refutar a las palabras del filántropo.
—¿que sucede?
—nada grave, la verdad —dijo caminando por la habitación, lo miraste mal sabiendo que te hizo bajar de tu habitación para hablarte de algo sin importancia— lo sé, me odias, puedo sentir tu aura negativa —reíste tras las palabras de tony, haciendo que el multimillonario volteara a verte sonriendo.
—¿para que me llamaste, hojalata? —preguntaste cruzándote de brazos.
—hierro, querida, hierro —te corrigió, generando tu risa por lo bajo— sólo quería comentarte que hoy se hará una noche de películas con los demás, en la sala de cine.
lo miraste algo confusa.
—como todos los viernes ¿qué tiene de especial? —el filántropo titubeó.
—que quiero que estén todos presentes, nunca vas a las noches de cine —se excusó.
—tú tampoco —te cruzaste de brazos.
—porque no tengo tiempo —se volvió a excusar rápidamente, lo miraste frunciendo el ceño— pero hoy tengo tiempo, así que, estaremos todos.
