Amor eres tú (2/2)

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Final Distinto

No fue fácil mantener a la Doña quieta en el pequeño centro de salud del pueblo por unas semanas, no estaba acostumbrada a hacer reposo, estaba harta

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No fue fácil mantener a la Doña quieta en el pequeño centro de salud del pueblo por unas semanas, no estaba acostumbrada a hacer reposo, estaba harta. Sergio conseguía calmarla prometiéndole que pronto volvería a su hacienda, su promesa si se podría cumplir, ya que el mismo doctor le confirmó lo mismo dicho por él. Durante los días en ese lugar tenía las constantes visitas de su nana.

Marisela Barquero ya había sido dada de alta, aun con ella llevaba puesto yeso en su brazo, unas vendas alrededor de sus costillas y al igual que su tobillo. Tuvo una cirugía en el pie en su hueso roto para mantener la posición adecuada durante su curación, por lo que ahora estaría en una silla de ruedas solo para regresar a la hacienda Altamira. Santos la ayudó a instalarse en su habitación, con mucho cuidado la dejó en su cama, ella le agradeció sinceramente.

Se había comprometido a cuidarla en todo el proceso de su curación, aunque el deseaba estar al lado de Bárbara para cuidarla a ella y a su hijo. Sin embargo, ella ya tiene quién la cuide y eso era lo que le molestaba.

Sergio no tenía porqué hacerlo, no era nada de Bárbara.

A decir verdad, todo el mundo dice que aquel par son más que mejores amigos.

Sin duda aquello lo llenaba de rabia y de celos.

Tenía que quitarlo del medio de él y Bárbara. Porque Bárbara Guaimarán era su mujer, no de ese mequetrefe. 

Por lo tanto no podía hacer nada por dos motivos:

1-Porque Bárbara no quiere verlo ni permite que se le acerque.

2-Porque se comprometió a cuidar de Marisela y eso hacia que Bárbara no quisiera nada de él.

Estaba que se lo llevaba el demonio.

Gonzalo estuvo por aquellos lares tratando de sacarle información a Doña Bárbara, por lo que no pudo sacarle nada, ella no tenía nada que ver con la explosión. El estaba completamente seguro de la persona que tenía enfrente le estaba mintiendo en la cara, fue el mismo Sergio que lo convenció para que dejara de molestarla.

El doctor Arias también había interferido en aquello, pues Bárbara era su paciente y debía cuidarla. Ese era su deber como médico, evitar que recibiera más disgustos, pues su tranquilidad dependía de la vida del hijo que ella espera.

Por otro lado el mismo Don Fidel Castel como se hacía llamar, estaba riendo complacido al recibir la noticia del comisionado había aceptado su "regalo". Lo que significaba que ya había sido vendido por uno de los traficantes más poderosos de aquellas tierras.

Cecilia mientras tanto en su casa del Pueblo aprendía día a día como ser mamá, siendo primeriza, había muchas cosas de las cuales debía de aprender. Pues, sí ha sabido dar el biberón a bebes, pues, a lo demás era algo nuevo. La pobre mujer traía unas enormes ojeras pero, también traía una bella sonrisa. A ella no le importaba los días que llevaban sin dormir bien, tratándose de su hijo no le importaba estar despierta a toda hora. 

Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora