Capítulo 25 - ¡¿Qué?!

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Santos había quedado mudo, no sabía que decir en ese momento ya que lo había tomado por sorpresa.

¿Un hijo?
¿Iba tener un hijo con la hija de la mujer que ama?

¡Dios! ¿Qué es esto? - se preguntó Luzardo mentalmente.

Marisela: ¿No estás contento Santos? - irrumpió sus pensamientos.

Santos: ¿Ah? sí, si claro Marisela... ¿por qué no iba a estar contento? ¡Vamos a tener un hijo! - dijo fingiendo estar alegre convenciéndola.

Marisela: Sí, nuestro niño será un bebé consentido, un Luzardo-Barquero. Suena bien, ¿no?

Santos: Sí... suena muy bien.- dijo forzando una sonrisa.

Marisela: Ven, tenemos que decírselos a tía Cecilia y a Antonio. - dijo con una sonrisa boba, tomando la mano de Santos tironeando de ella.

Santos se dejó arrastrar por ella y juntos fueron a la sala dónde se encontraba Cecilia y Antonio, ambos sentados en el sofá más grande hablando y al verlos dejaron su charla para prestarles atención a ellos.

Marisela: Tía Cecilia, Antonio... Santos y yo le tenemos una gran noticia. - ellos le sonrieron a ambos.

Antonio: ¿Se reconciliaron? - dijo bromeando.

Cecilia le dio un pequeño golpe en el brazo, este reía al igual que Marisela y Santos le dedicó a su mejor amigo una mirada matadora.

Marisela: Jajaja... no Antonio, no nos reconciliamos. Lo que queremos decirles es, que Santos y yo...- tomó la mano de Santos y la llevó a su vientre, ella colocó su mano por encima la de él. - Vamos a tener un hijo... ¡estoy embarazada!

Dijo Barquero de lo más contenta, Cecilia y Antonio borraron sus sonrisas, mientras que  Santos no estaba muy contento.

En ese instante apareció alguien en lo cual ellos no creían que aparecería, voltearon a ver y vieron que quien estaba allí era nada más y nada menos que Bárbara Guaimarán.

Que venía con una gran sonrisa en lo cual se borró cuando oyó a Marisela decir aquello.

Ellos la veían en silencio y asombrados por su presencia.

Bárbara: Perdón yo...- vio cómo Santos soltaba su mano con la de Marisela rápidamente como si quemara. - No quería interrumpir. - dijo lentamente.

-Disculpen.- dijo, arrepintiéndose de haber llegado a esa hacienda.

Marisela: Espera Bárbara. - la detuvo antes de que se fuera.

Bárbara suspiró manteniendo la calma, retrocedió volviendo a la sala.

-Tú también deberías estar aquí, es una reunión familiar y tú eres mi madre así que, ven por favor. - se acercó a ella y le tomó la mano, llevándola junto con ellos.

Santos no decía nada, ¿Qué podría decir en un momento así?
Ella lo miraba y él a ella con un dolor profundo.

Cecilia y Antonio veían aquel par con pena.

Marisela: Mamá...- se atrevió a llamarla así pero con toda la inocencia del mundo. -Perdón pero no pude detenerlo, pero es un gran regalo de Dios y es que vas a hacer la abuela más joven del todo el llano. - dijo sonriente.

Bárbara no sabía que decir, estaba casi en un estado de shock  y en su garganta traía un nudo que no la dejaba respirar.

Bárbara: Fe-felicidades. - dijo conteniéndose a que su voz no se quiebre. -Perdón yo... tenía que hablar algo con Santos pero, parece que ya no es importante, y perdónenme de nuevo yo... yo mejor me voy. - salió huyendo de ahí.

Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora