Capítulo 4 - Perdóname, Vuelve a Mí

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Bárbara dormía tranquilamente en su cuarto, sin que nadie le interrumpiera su sueño. Le había costado tanto quedarse profundamente dormida.
La puerta se abre despacio para no despertarla, la persona va caminando en silencio hasta llegar en su cama y se cerca lentamente hasta llegar a su rostro. Comenzó a darle pequeños besos recorriendo toda su cara.

Bárbara al sentir que interrumpian su sueño por unos besos en sus mejillas, se remueve en su cama, comenzaba a balbucear palabras inentendibles, porque todavía estaba dormida, se quejaba, hasta que abrió los ojos lentamente. Al verlo abrió más los ojos, se sentó de golpe en su cama.

¿Qué carajos hace él allí?

Santos

Llegué a la hacienda El Miedo, no sé cómo carajos llegué con la borrachera que tenía. Pero acá estaba, entré sin que nadie me viera, caminé por los pasillos hasta el cuarto de Bárbara, lo más silencioso posible abrí la puerta. Camino hasta llegar a su cama, como pude me sujeté para no caer, aun no entiendo como mierda no me caí.

Cuando estaba al lado de su cama me acerqué hasta llegar a su rostro, es que se ve tan hermosa cuando duerme.

Comienzo a darle besos por toda la cara, ella hablaba dormida por lo tanto no le entendía nada y se quejaba. No me importaba, seguía dándole besos y abre los ojos lentamente dejándome ver sus ojos azules que tanto me gustan.

Al verme abre más los ojos, se sienta de golpe y está enojada, al que me dice - ¡¿Qué demonios haces aquí Santos Luzardo?! - me mira con el semblante molesto.

-Vine a recuperarte mi amor - cebí palabra como pude, ella aparta el rostro por el aliento a alcohol, supongo.

-Sabes que odio el olor a alcohol, me recuerda a esos malditos - dice completamente molesta. Me empuja apartándome de ella y caigo al suelo fácilmente.

Como puedo me levanto, me acerco de nuevo a ella, le tomo de los brazos con fuerza para que no pueda zafarse de mi agarre -Bárbara por favor te lo pido, volvamos, no puedo pasar una noche sin ti - ella se niega ante petición.
Trata de soltarse y la tomo con más fuerza, trato de darle un beso, ella aparta su rostro del mío, moviéndose de un lado a otro.

-Santos estás borracho..., me lastimas. Suéltame, suéltame Santos Luzardo, SUÉL-TA-MEEE - empieza a gritarme y se safa con fuerza, me deposita una cachetada que resuena por todo el cuarto.

Volteo a verla, no sé de dónde demonios sacó su arma y me apunta con ella. Me quedo sorprendido y paralizado.

- Lárgate o te meto un plomazo - me dice enojada y con el ceño fruncido.

Ante su mirada, parece decidida. Trago grueso.

---Bárbara---

¿Cómo demonios viene a mi hacienda en ese estado y despertarme?

¿A caso se volvió completamente loco? ¿Qué carajo le pasa?

El muy imbécil me agarra de los brazos y me dice que volvamos, ¿qué clase de estúpido viene borracho a pedirme que volvamos? a claro, el idiota de Santos Luzardo tenía que ser. ¿Cree que me puedo olvidar de su traición y volver como si nada? Está muy equivocado si cree que podemos volver.
Odio el olor a alcohol que trae, me recuerda esos desgraciados.

Me quiere besar a la fuerza, me niego, aparto mi cara de un lado a otro para que no me besara, está completamente borracho, le grito que me suelte y el idiota no me quiere soltar, me agarra más fuerte.

Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora