Ambos quedaron como estatua al verlo, ella no lo podía creer y si pudiera ahora mismo se desmayaría pero como no era una mujer dramática eso jamás sucedería.
Bárbara: Sergio, no... no es, esto no es... – no podía terminar la frase, tenía un nudo en la garganta.
Sergio: No es, ¿qué Bárbara? – preguntó sin levantar tanto su voz, aunque estaba molesto.
Bárbara: No es... lo que parece...- dijo en un tartamudeo.
Sergio: Entonces, ¿cómo explicas lo que vi?
Santos: Lo que viste cursito, se llama beso. – intervino él.
Bárbara: ¡Santos! – reprochó.
Sergio: Ya lo creo, esperaste el momento justo para ir detrás de ella. ¿No te cansas verdad Luzardo? – se acercó a él.
Santos no se quedó atrás, se levantó de su asiento y se acercó peligrosamente a él.
Santos: Jamás, mientras se trate de Bárbara la mujer que amo, ¡jamás! – lo desafío con la mirada.
Sergio: Pues, resulta que Bárbara es la mujer que yo amo y es con ella, con quién quiero a hablar, no contigo.
Santos: Fíjate que eso no va a poder ser.
Sergio: ¿Y eso por qué?
Santos: Porque lo digo yo. – lo desafió con la mirada.
Sergio: Pero, ¿quién te crees que eres para decidir por ella? – preguntó enojado.
Santos: Su hombre. – respondió casi orgulloso.
Bárbara al oírlo, abrió más los ojos sorprendida.
Sergio: ¡Ja! ¿su hombre? ¿A caso te estás oyendo Luzardo? – su tono sonaba a burla. – Por favor, Bárbara no tiene dueño no es un objeto para tratarla como si fuera de tu propiedad. – negó enojado.
Santos: Bárbara es mía y no quiero que te le acerques. – dijo Santos para luego empujarlo.
Sergio da unos pasos hacia atrás, negó con la cabeza, se acercó a él y repitió la misma acción.
–A mí, no me empujas idiota. – dijo Sergio enfadado.
Santos: Pues yo no voy a dejar que te le acerques imbécil – le gritó fuera de sí.
Sergio: ¿Y cómo lo vas a impedir? – lo enfrentó.
Santos: ¡Así! – dándole un puñetazo en la cara.
Le dio con tal fuerza que Sergio se tambaleo dando unos pasos hacia atrás, se llevó una mano al rostro, negó con la cabeza y le devolvió el golpe. Armando así un revuelo, Bárbara los veía sorprendida no creyendo lo que sucedía y sabiendo que ella era la causante de esa pelea.
Bárbara: ¡Sergio! ¡Santos! ¡Basta ya! – gritaba ella tratando que dejaran de golpearse.
En cambio nada los detenía, Bárbara no lo soportaba y sin embargo se estaba siendo daño.
–¡¡¡Ya basta!!! – gritó Bárbara con todas sus fuerzas.
Ambos se detuvieron al instante al oírla gritar de esa manera, voltearon a verla preocupados, estaba más alterada que antes y más pálida.
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Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)
FanfictionDespués de la muerte del coronel Meléndez, la relación de Bárbara y Santos se empieza a complicar, como todos saben el quién terminó la relación entre ellos, pero en esta historia el quién termina la relación es Bárbara al descubrir a Santos con Mar...