Capítulo 21 - Te conquistaré

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–Llegamos doña. – dijo Santos bajándola de su espalda.

Bárbara se refregaba los ojos, si en el camino se quedó dormida estaba demasiado cómoda recostada en su espalda mientras Santos caminaba.

Abrió lentamente los ojos para luego abrirlos como platos, estaban en la poza de los suspiros. El lugar estaba todo decorado, de los árboles colgaban luces, en el medio había una mesa con un mantel, con platos y en el medio de ellos una rosa.

Había una tarima aún costado de la mesa, con un reproductor de música como aquella vez.

Bárbara: ¿A qué se debe esto doctor? – preguntó observándolo con una ceja alzada y los brazos cruzados.

Santos: Se debe a que la pasemos bien un rato. contestó encogiéndose de hombros.

–Ven, cenemos.– dijo tomándola del brazo delicadamente.

Bárbara bufó y se dejó guiar hasta dónde estaba la mesa con los platos.

Santos corrió su silla, ella suspiró y se sentó. Luego él rodeó la mesa, destapó los platos y lo que había de cenar no se veía tan mal.

Bárbara al oler comida no se podía negar, tomó los cubiertos comenzando a, no comer, devorar la comida cosa que a Santos hizo que le sorprendiera. Sonrió y comenzó a comer también.

Santos: Es muy sorprendente Doña...– dijo cortando con el silencio que había entre ellos.

Que solo se oía los cubiertos, el cantar de los grillos y el correr del agua.

Bárbara: ¿El qué? – dijo dejando de comer un segundo para observarlo.

Santos: El que estés así, comiendo de esa manera... es sorprendente. – dijo sonriendo.

Bárbara quedó con estática un segundo sin qué decirle.

Bárbara quedó con estática un segundo sin qué decirle

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–Se me ha abierto últimamente el apetito, es todo. – contestó, es todo lo que se le ocurrió para zafarse de una buena explicación.

Santos: Aah, está muy bien. Eso está muy bien, porque la verdad que cuando vivíamos juntos no eras de comer tanto. – dijo asintiendo.

Ella solo subió las puntas de sus labios como lo más parecido a una sonrisa y siguió comiendo. 

Estuvieron hablando del nuevo proyecto que estaba por realizar Bárbara, estaba contándole todo acerca ello, del nuevo arquitecto que contrató, que obviamente recomendó Sergio. En cierto punto a Santos le molestaba que Bárbara tuviera que meter a él en la conversación, era inevitable porque el proyecto era de los dos.

Así que se mordió la lengua y siguió escuchándola.

En un momento a otro Santos se levantó y tomo una botella de champán que se encontraba allí con una hielera, Bárbara se sorprendió al verla, no la había visto y Santos descorchó la botella sirviendo en dos copas.

Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora