Capítulo 29 - Cayendo ante el Juego (#1)

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Capítulo 29. Cayendo ante el Juego (Parte 1)

(Gran Final)

Todo seguía igual nadie decía absolutamente nada ante lo que había sucedido, Bárbara seguía inconsciente de lo que sucedía hacia afuera, estaba rodeada de mentiras, aunque todo eso era por su bien y el del niño. No querían angustiarla, cada vez que preguntaba por el estado de su hija primogénita le salían con que aún estaba en proceso de espera de alguna mejoría por lo tanto debían de esperar.

Ella no les creía del todo, aunque, aun así, estos ponían de su parte para que fuera más creíble, solo así la doña podía creerles. Y eso que era difícil de convencerla.

Sergio se sentía mal por no poder decirle nada, es más, la mayoría se sentía igual por eso.

Cecilia la visitaba con el pequeño Toñito para que la castaña lo pudiera conocer, la tía de Santos le tenía una propuesta, sin embargo, no podía decírsela hasta que ella estuviera muy bien dejando a la doña con ganas de que se traía en manos. Eustaquia iba al consultorio de vez en cuando para verla y también para hacerse chequeos.

Gonzalo seguía investigando más sobre Fidel Castel, necesitabas más motivos para encarcelarlo uno de ellos era la muerte de Barquero, siguieron las pistas que hallaron logrando atrapar algunos de sus hombres, en cambio a Castel se le escapó de las manos. Entre los cómplices de éste estaba: Balbino Paiba, que confesó que él había sido el que había robado la camioneta de la doña, causando una polémica entre éste, Gonzalo Zuluaga y Santos Luzardo agarrándose a puño limpio contra ex empleado del Miedo.

Quién más se agarró con él fue Santos, ya que Zuluaga no podía exponerse tanto siendo él una persona importante como lo era. Antes de que ocurriera algo peor en lo cual lo lamentaría, Antonio que estaba presente detuvo a su mejor amigo, ya el ex capataz estaba muy golpeado, lo curaron antes de que le ocurriera algún mal a partes de que sufrió golpes.

El juicio contra Sergio Aragón y Doña Bárbara Guaimarán estaba por comenzar, por lo pronto Santos Luzardo se ofreció ser él, el abogado defensor de los dos, aunque le costó un poco por el joven, de todos modos, lo pensó por ella; ese juicio debían ganarlo o llegar a un acuerdo.

Entre él, Sergio, Gonzalo y Antonio comenzaron a buscar pruebas donde demuestre que Bárbara y Sergio, eran totalmente inocentes ante la explosión de la construcción que llevaban a cabo. Buscaron hasta en las mismas ruinas del lugar para hallar algo en lo que les pueda servir, algunos de los empleados decían que todo estaba en perfecto estado, siendo así que no había razón para que ésta explotara, dando a entender que la destrucción de la obra fue provocada. Sergio ya sospechaba de quién lo había provocado, siguieron buscando por todo el lugar hasta encontrar exactamente lo que sería restos de dinamita.

Gonzalo mandó a hombres para que averiguaran en dónde encargaron los explosivos de destrucción de obras, alguien debió de comprarlas, en ese mismo tendrían el nombre del cliente en la factura.

Una vez teniendo las pruebas contundentes, los testigos, podrían comenzar con el juicio.

Lamentablemente Bárbara no podría asistir, pero estaba Sergio para representar a los dos, presentando al juez la orden médica de ésta no habría problemas.

Joselyn tenía sus propios planes para fastidiarlos, según ella tenía todas las de ganar, estaba muy confiada ante ella misma.

-Sergio. - lo llamó, acercándose a él.

Sergio volteó a verla, rodó los ojos cansado se preguntaba que era tanto lo que buscaba.

-Si dime Joselyn, ¿qué necesitas? - le contestó cortésmente.

Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora