Amor eres tú (1/2)

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Final diferente.

Este capítulo comienza, cuando Marisela es atropellada. ¿por qué? simplemente, porque así iría la idea original. La última integrante Barquero no moría. También encontrarán relatos que no fueron revelados en los últimos seis capítulos. 

En la sala de espera angustiados esperaban noticias, Santos, Altagracia y Antonio. Casi media hora que ingresó a terapia intensiva y nadie salía a dar noticias de Marisela.

En eso oyeron pasos acelerados acercándose a la sala, vieron ingresar con angustia a Bárbara Guaimarán detrás de ella venía Sergio Aragón.

–Bárbara... ¿Cómo te enteraste? – preguntó, Santos sorprendido de verla.

–Estaba en la jefatura civil, ¿Cómo está? – preguntó ella angustiada a punto de lagrimear.

–No lo sabemos. – dice Santos igual.

–¿Usted que hace aquí? Hipócrita, fue usted quien mandó a que mataran a Marisela, fue la camioneta de usted que la atropelló... seguro por orden suya y ahora viene de ¿preocupada? Fue ella Don Santos, yo vi que era la camioneta de ella, la mandó a matar porque Marisela esperaba un hijo suyo, ¡ella fue patrón! – acusó Altagracia.

Santos miró a Bárbara como rayo, negando a que eso fuera cierto, Bárbara meneaba la cabeza, ella no había sido. Sus ojos estaban ligeramente abiertos, su boca entre abierta porque la habían acusado de mandar a matar a su propia hija... era inocente, ella era inocente y debía de comprobarlo.

–Eso no es cierto, no fue así. Santos, anoche me robaron el coche y ahora entiendo el por qué – dice este último entre dientes, estaba furiosa.

–Como no, ahora resulta que le robaron su camioneta

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–Como no, ahora resulta que le robaron su camioneta..., no le crea Don Santos. Doña Bárbara está mintiendo para defenderse – exige la ternera.

–No, Bárbara dice la verdad. Nosotros acabamos de llegar de la jefatura civil, acaba de hacer la denuncia – pronuncia Sergio defendiéndola.

–Sí, claro..., usted dice eso porque es igual a ella...

–¡Ya Altagracia! Es suficiente – manda Santos a callar a la ternera Sandoval.

Altagracia mira hacia otro lado aguantando la rabia y sus ganas de zapatear el suelo. Bárbara la observa luego a los demás presentes, Antonio la mira fijamente tratando de creerle, pero, lo más obvio era que nadie le estaba creyendo. Sergio sabiendo lo que estaba sintiendo la apoya, toca su hombro con su mano derecha susurrándole al oído –: No te creen Bárbara, deja que piensen lo que quieran. Tú y yo sabemos que eres inocente y con eso basta.

Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora