Después de la muerte del coronel Meléndez, la relación de Bárbara y Santos se empieza a complicar, como todos saben el quién terminó la relación entre ellos, pero en esta historia el quién termina la relación es Bárbara al descubrir a Santos con Mar...
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Estaba sudado, nervioso, ¿qué podría hacer en ese momento?
Ya no había marcha atrás, fue comprado por una fuerte cantidad de dinero. Estaba en contra de sus enseñanzas, aunque, no le vendría mal un dinerito extra.
Firmó los papeles autorizando el toque de queda en El Progreso.
Facundo sonrió, toma el documento y se retira.
El juez Isaías Cuervo recordaba lo que hizo, los remordimientos no lo dejaban tranquilo, sabía lo que realmente querían con ese papel. Debía cerrar la boca porque eso también era parte del trato o si no, pagaría con su vida.
-¡Ay! - se queja de mal humor. –¿Quién toca la puerta? - se levanta de su cómoda cama.
Llega a la puerta y la abre, e inevitablemente sonríe.
–Osito. –se alegra, antes de que pudiera abrazarlo, él la esquiva entrando al cuarto de una vez.
–¿Dónde están? –preguntó directo al grano.
–No sé de qué me hablas. – habló como si no entendiera a lo que se refería.
–¿Ah, no? - se acercó a ella tomándola de los brazos rudamente. –¿Dónde están Bárbara y Santos?
–¡Ay! Me lastimas. – se queja Joselyn, tratando de soltarse.
Sergio reacciona y se aleja, vuelve a insistir.
–Está bien, está bien. Te llevaré dónde están. – dijo rindiéndose.
Tenía un plan, se fueron del hotel rumbo al llano de nuevo.
–¿Crees que los encuentren? – pregunta la ternera mayor a Cecilia Vergel.
–Por supuesto que sí, los encontrarán sanos y a salvos. – dijo un tanto nerviosa, ellos habían sido secuestrados y no pedía evitar sentirse preocupada.
Ambas estaban en el centro de salud del pueblo estando atentas sobre la salud del niño de Bárbara y Santos. Antonio se había ido a buscarlos junto con los compadres quiénes eran Carmelo, María Nieves y Juan Palacios conocido como "Pajarote", y también por supuesto con ellos iban; Andrés "El Poeta" y Cosme. Todos juntos con los peones del Miedo, si había una gran rivalidad entre estos, pero, ahora no existían rivalidades, lo que importaba ahora era encontrar a sus patrones, sanos y a salvos.
Solo que éstos no eran los únicos, ya que, por orden de Sergio, también estaban los peones del Chaparral la hacienda de Don Encarnación, que al saber lo que había sucedido accedió a que sus hombres ayudaran con la búsqueda.
