Capítulo 27 - Hallar Culpables

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Bárbara se estaba agitando casi no podía respirar, la estaban acusando injustamente, la mirada de Santos la angustiaba y no podía con ello; como pudo dijo:

Eso no es verdad... yo no la mandé a matar – negó Bárbara.

Eso que te lo crea él que te lo cree todo. – señaló Altagracia a Sergio.

Bárbara dice la verdad. – defendió Sergio, estaba seguro que ella no fue sino su enemigo.

¿Cómo explican que la camioneta que atropelló a Marisela, sea suya? – indagó la ternera.

Se la robaron, justo estaba en la jefatura haciendo la denuncia cuando ocurrió lo de Marisela. – narró Sergio Aragón.

¿Se la robaron? – preguntó Santos confuso.

Sí, anoche entró gente a sacar la camioneta del Miedo. – agregó Sergio.

Que conveniente. – dijo, Altagracia para nada discreta.

Estos la oyeron y negaron con la cabeza.

Esa es la verdad. – dijo la castaña, que no podía calmar su agitada respiración.

Bárbara cálmate. – pidió Sergio, susurrándole al oído tratando de calmarla.

No dejaré que duden de mi palabra... – la doña apenas podía articular palabra.

Esto hacia que los tres hombres se alarmaran por ella y el niño, debían de calmarla.

Bárbara, está bien te creo. – dijo Santos, que trató también de calmarla.

Debo de aclarar esto... – susurró antes de desmayarse en los brazos de Sergio.

¡Bárbara! – exclamaron Sergio y Santos espantados a coro.

Bárbara, Bárbara...– le habla Luzardo, tratando que volviera en sí.

Mi ángel, por dios! No nos hagas esto. – pidió Sergio, angustiado.

Antonio por favor, busca al doctor Arias ¡Pero ya! – ordenó el abogado.

Antonio enseguida fue a buscar a Arias dónde quiera que se encontrara, Altagracia veía todo sorprendida, un sentimiento de culpa la invadía ese momento.

En terapia intensiva acababan de terminar, había salvado a la joven Marisela Barquero pero no podía decir lo mismo del bebé que esperaba. Lamentaban mucho no poder salvarlo y ahora tocaba dar las noticias, que pronto la muchacha se re pondría.

El doctor Baltasar Arias salió de la sala y se sorprendió al ver a Antonio Sandoval a las corridas.

Qué bueno que lo veo Sandoval, justo iba a dar... – fue interrumpido.

Luego doctor, ahora lo necesitamos urgentemente en la sala de espera, es Bárbara acaba de desmayarse. – informó, ambos fueron rápidamente dónde se encontraban los demás.

Santos y Sergio vieron llegar al doctor enseguida pidieron su ayuda.

Doctor Arias, ayúdenos.pidió Luzardo.

¿Qué fue lo que sucedió? – interrogó el galeno.

Se alteró. – dijo Sergio.

Ayúdenme a llevarla a uno de los cuartos. – ordenó Arias.

Ellos acudieron inmediatamente a la orden, llevándola a uno de los cuartos que indicó el doctor Arias, con mucho cuidado recostaron a Bárbara en la camilla.

Doña Bárbara: Otra Vida (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora