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Taehyung entró a su hogar dando un portazo y fue directamente a su patio trasero donde se encontraba su piscina, necesitaba descargar su ira en algo o iría donde su padrastro a romperle la cara. Siempre que iba a ver a su madre terminaba con un humor de perros y como no, si cada vez que iba el bastardo que tiene por esposo se encargaba de hacer su estadía la peor de todas. Le gustaría regresar el tiempo donde su papá seguía con vida y eran tan unidos, pero no, su padre quiso irse de héroe y una bala le atravesó el corazón.

Ahora solamente le tocaba ahogar sus penas y rabias dentro de la piscina donde normalmente iba a llorar. Dos horas estuvo dentro de aquella piscina pensando en todo y en nada a la vez.
Tenía una gran casa que fue un regalo de cumpleaños por parte de su padre, tenía el dinero suficiente como para vivir dos años más y trabajaba en un bar donde normalmente iba gente importante a ahogar penas, hacer contratos o enterrar su pene dentro de alguien más.

Ya seco se dirigió a su cuarto para cambiarse y preparar la cena, pero no estaba seguro de si le quedaba algo para comer, esperaba que si porque no quería salir a estas horas a comprar. Y la suerte estuvo de su lado, tenía comida para al menos dos días más. Luego saldría a comprar víveres para su semana.

Ya cenado y cambiado, se dirigió a su habitación, mañana tenía que estar más temprano en su trabajo ya que,  le pidieron hacer doble turno y no se negó, un poco de dinero extra no le haría mal a nadie.

Estuvo un rato en su teléfono hablando con el compañero que le haría compañía en el bar y se dio cuenta de que a pesar de haber estado tres años en ese bar, no sabía nada de él. Se despidió de su compañero, puso la alarma y se levantó para lavarse los dientes. Para al final entregarse de inmediato a los brazos de Morfeo.

La mañana de Taehyung había sido ajetreada; primero se despertó diez minutos tarde y en total se había demorado treinta minutos en llegar al trabajo, y al hacerlo su jefe lo regañó

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La mañana de Taehyung había sido ajetreada; primero se despertó diez minutos tarde y en total se había demorado treinta minutos en llegar al trabajo, y al hacerlo su jefe lo regañó. Taehyung odiaba con su vida a su jefe, otro alfa bastardo que se creía con el poder de minimizarlo únicamente por ser omega. Cuando logró calmar a su omega para no saltarle encima a su jefe por insultarlo, se fue a cambiar para comenzar a atender a todo tipo de cliente, siempre le tocaban los peores y aquello lo dejaba con un fuerte dolor de cabeza, pero nada que unas pastillas no quitaran.

Su primer y único descanso fue a las 17:30 de la tarde, y se lo tomó bien merecido luego de estar casi diez horas trabajando sin parar, solo le quedaban otras diez horas y podría irse a casa. Miraba a sus dos compañeros ir y venir con bandejas, cócteles, cervezas y otro tipo de licores, hoy en sí, el bar estaba repleto y al parecer no tendría más descanso del que se tomó ahora. Se levantó para ayudar, pero su jefe lo llamó diciéndole que fuera a la puerta porque llegaría un grupo de personas importantes y él debería de atenderlas.

"Genial, más trabajo para el pobre Taehyung" pensó mientras se acercaba a la puerta, no pasó ni cinco minutos cuando al menos diez hombres entraron en el bar- todos alfas- y se acercaron a él.

─Hola caballeros, soy Vante y hoy los atenderé ─dijo haciendo una inclinación corta
 
─Vante, tu jefe dijo que podíamos usar el cuarto─ uno de ellos hablo firme queriendo que Taehyung mostrará el cuello en señal de sumisión pero, aquello no pasó

─Estoy informado, por favor síganme.

Guiándolos por los pasillos llegó al cuarto que mayormente usaban los líderes de mafias para hacer uno que otro trato. 

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