Parte 2

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Las felicitaciones no dejaban de llegar, Endou comenzaba a sentirse agobiado, al punto de encerrarse en uno de los baños para respirar tranquilo, no es que no le agradase la compañía de sus amigos y colegas, solo que tantas personas queriendo hablarle al mismo tiempo era estresante, claro que se dio un tiempo para conversar con todos, era lo mínimo que podía hacer, después de todo, ellos habían venido de diferentes partes del mundo para poder estar en este día tan especial.

Al salir del baño se encontró con Tamikazu, el ex-capitán del club de atletismo y amigo muy cercano del peliazul, por lo que le pareció muy buena idea acercarse para saludarlo - ¡Hola! - Dijo sonriente, ofreciéndole un apretón de manos.

- Hola Endou, muchas felicidades - Respondió con tranquilidad - ¿Cómo has estado?

- Bien, gracias por preguntar ¿Y tú? Ichirouta me dijo que estabas trabajando en el sector financiero ¿Cómo te va?

- No tan bien como me gustaría, las acciones de la empresa en la que laboro están perdiendo su valor, pero en fin...

- Lamento oír eso, si puedo ayudar en algo, por favor no dudes en decírmelo.

- Agradezco eso, por cierto... Ten cuidado, hoy cuando venía, vi a Miyasaka merodeando por Inazuma, se supone que él se mudó a Tokio.

- ¿En serio? Gracias por avisarme, la verdad es llevamos años lidiando con él... Sigue empeñado en separarme del lado de Ichirouta, y bueno... Han pasado muchas cosas.

- Ese tipo es una vergüenza para el club de atletismo, no sé como no me di cuenta antes de su forma de ser, lástima que su nombre está grabado en algunos de los premios que tenemos, en fin.

- Mejor no hablemos de él, no vale la pena - Pidió el castaño con una leve sonrisa, se había quedado preocupado al escuchar que el rubio de ojos verdes estaba en la ciudad, con suerte él no sabía donde se llevaría a cabo la boda, pero eso no le impedía tratar de arruinar la fiesta.

La conversación entre ambos ex-alumnos del Raimon se extendió, tocando temas incluso personales, aunque ninguno se consideraba cercano al otro, tenían a una persona muy especial en común, por lo que no fue difícil entablar un amistad, intercambiar números telefónicos e incluso tomarse alguna foto como recuerdo.

Su plática se vio interrumpida cuando la organizadora del evento le avisó al portero sobre la llegada de Kazemaru, pidiéndole que se colocara en el frente del altar para recibirlo y hacer la parte protocolar correspondiente, sin embargo al escuchar que el momento había llegado, a Endou casi le da un colapso por los nervios, teniendo que ser socorrido por Goenji.

- ¡Cabeza de guanábano! ¡No puedes descompensarte ahora! - Gritó el rubio - ¡Endou! ¡Espabila!

- S-sí... Tienes razón - Respondió sacudiendo la cabeza - ¡Llegó la hora! - Exclamó levantando los brazos y recuperando la postura - ¡Chicos! ¡Andando!

Fudou, Goenji y Hiroto lo observaron extrañados, acababa de casi desmayarse y ahora estaba eufórico, caminando con energía hacia el frente, por lo que no dijeron nada y lo siguieron, tomando su lugar correspondiente a la izquierda del castaño, dándose los últimos toques en las corbatas y cuellos de la camisa, mirando de reojo a sus hijos, quienes estaban siendo cuidados por sus familiares.

Mientras tanto, en la entrada del local ya se encontraba Kazemaru, siendo precedido por Kidou, Midorikawa y Fubuki, entrando al lugar en medio de aplausos, quedando asombrado por la decoración, realmente le fascinaba como había quedado todo, era mejor de lo que la organizadora les había prometido - Le daré propina... - Pensó mientras caminaba para colocarse frente al chico de la banda naranja, notando que efectivamente, hasta en su matrimonio la llevaba puesta, cosa que le causó ternura.

¿Fácil? ¡No! (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora