No eran ni las cinco de la mañana cuando Kirino abrió los ojos, intranquilo por no haberle pedido perdón a su padre por la forma en la que le habló la noche anterior. De modo que irritado se alistó para tomar una ducha fría, necesitaba calmar sus revoluciones internas.
Algo somnoliento, tomó su toalla y entró al baño de su alcoba, abriendo la llave del grifo para comenzar con su aseo, sintiendo como el agua se llevaba todas sus preocupaciones, realmente le relajaba tener la cabellera chorreante.
Apenas terminó de tallar todo su cuerpo, se apresuró en secarse, pues tampoco quería enfermarse por estar exponiéndose de esa manera tan temprano por la madrugada, por lo que estando más despierto, tomó la secadora del tocador y comenzó a tratar con cuidado sus no tan cortos mechos de rosas, recordando el momento en el que decidió no volver a ir a una peluquería.
Esa fue una experiencia traumática en toda la extensión de la palabra, y si bien no salió herido ni nada por el estilo, tener una parte de la cabeza rapada por accidente era vergonzoso, prometiéndose a sí mismo no volver a dejar que un desconocido manipulara su cabello, teniendo que acostumbrarse a llevarlo largo y amarrado en un par de coletas para evitar el calor o las molestias durante los entrenamientos de fútbol.
Todavía era demasiado temprano para ponerse el uniforme, así que optó por usar ropa casual y bajar a la primera planta, con la idea de preparar el desayuno como forma de disculpa hacia su tutor, pero todo salió al revés, pues lo encontró sentado en el sofá bebiendo una taza de café en completo silencio.
- ... - No sabía si acercarse, quizá estaba molesto - ... - El miedo y la tristeza comenzaron a invadirlo, haciendo que torpemente se enredara con sus propios pies, obteniendo la atención del peliazul de la peor manera - Yo...
- ¿Ranmaru? - Dijo asombrado al verlo ahí - Veo que te despertaste muy temprano hoy... - Kazemaru no era ciego ni tonto, fácilmente se dio cuenta del nerviosismo del menor - No estoy molesto contigo, ven y siéntate conmigo, vamos a conversar - Agregó, haciendo espacio a su lado en el sofá.
- ... - Por supuesto que iba a obedecer, ya se sentía lo suficiente mal como para negarse a una charla - Lo siento... No debí alzar la voz de esa manera ayer...
- Olvida eso, yo también exageré un poco... A veces me olvido que ya tienes catorce años - Dijo riendo el peliazul, soltando un suspiro muy corto - Sé que a veces soy demasiado sobreprotector, pero no quiero que pienses que es porque no confío en ti... Es solo que, cuando te veo no puedo evitar recordar el día en que te conocí... Eras tan pequeño.
- Tanto que ni yo mismo lo recuerdo - Comentó riendo el pelirrosa - Mi padre nos explicó la situación a mi hermano y a mí anoche... ¿Tienes miedo?
- Si te soy sincero, sí - ... - Miyasaka siempre trató de separarme de Mamoru, sin importar los medios que tuviera que usar... Un día antes de nuestra boda, él vino para amenazarme, yo cometí el error de tomar las cosas a la ligera y acabé perdiendo a mi padre...
- ¿Cómo era el abuelo? - Preguntó tomando por sorpresa al peliazul, se suponía que ese tema era bastante delicado y por ende, no debía ser tocado, al menos no hasta que los niños crecieran lo suficiente como para entenderlo.
- Al inicio era muy estricto conmigo, incluso puedo decir que fue hasta algo cruel... Pero era porque él sufría con su nostalgia, nunca te lo conté, pero tuve un hermano que nunca conocí, falleció mucho antes de que yo naciera, y dicen que éramos como dos gotas de agua, por eso mi padre al verme, sufría y se enfadaba, aunque al final entendió que no éramos la misma persona, y cuando lo hizo, pudimos entendernos mejor.
La conversación se comenzó a profundizar en base a preguntar curiosas por parte del menor, quien con cada palabra que decía sentía más interés sobre el pasado de su familia, se le hacía fascinante y al mismo tiempo algo terrorífico todo lo que sus padres habían tenido que pasar para consolidar su relación, formalizar una familia y estar tranquilos.
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¿Fácil? ¡No! (Completa)
De TodoTras unas brillantes carreras como deportistas, el grupo de amigos conformado por 4 parejas, regresan a la ciudad Inazuma para que afronten el reto más difícil de sus vidas. No todo es tan fácil como lo imaginaron, el estrés, las críticas de la soci...