Arakumo

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El par de mandarinas sintió como la sangre se les congelaba al notar como Yukimura establecía contacto visual con Kazemaru, literalmente no le despegaba el ojo de encima ni para pestañear, analizándolo minuciosamente.

El mayor, por obvias razones tuvo que poner una expresión facial completamente ajena a la que solía mostrar, volviéndose una persona ligeramente intimidante, que caminaba a paso firme hacia el prófugo.

- Señor espere por favor - Intervino el pelimorado al percatarse de la seriedad del adulto - ¿Es su hijo verdad? Me parece que no se siente bien... Choqué con él y ambos caímos al suelo, creo que se ha lastimado... Perdóneme por favor.

- N-no fue nada - Dijo rápidamente el otro joven - Estoy bien.

- Lo llevaré al hospital a que el doctor lo examine - Respondió rápidamente el mayor - Anda Taiyou, vamos.

- De verdad estoy bien... - Se quejó el mencionado, cruzándose de brazos - No es necesario que vayamos...

- ¡Estás pálido! - Exclamó Yukimura - No puedo quedarme tranquilo sabiendo que corres peligro... Señor...

- Swift - Completó el otro adolescente.

- Señor Swift, si no fuera mucha molestia, me gustaría acompañarlos... De cierta forma me siento responsable por eso... - Pidió con un tono de voz suplicante.

Por dentro, Kazemaru moría de ternura al ver lo empático que se estaba volviendo Yukimura, pero al mismo tiempo entraba en pánico al no saber como negarse a la petición del menor, no era tan sencillo como decirle "No te entrometas".

Taiyou también observaba anonadado la escena, y sabía que de él dependía que todos los planes de sus dos guardianes temporales no se echaran a perder por el encuentro inesperado con el hijo de Goenji, por lo que sacó fuerza de flaquea y pisó con firmeza.

Llevó sus manos a la parte posterior de la cabeza, tomó aire y sonrió radiantemente - No creo que...

- AHÍ ESTÁS - Exclamó una nueva voz a la distancia - ¡Hyouga! ¡LLEVO BUSCÁNDOTE HORAS! ¡Tu padre está preocupado porque no te has reportado con él desde que saliste!

- Mi-Midorikawa-san... - Musitó nervioso el delantero de hielo - ¡Se rompió mi teléfono! ¡Mire! - Dijo tratando de excusarse, mostrando los restos del dispositivo móvil - ¡Además lastimé a este niño! - Agregó colocándose a espaldas de Taiyou y tomándolo por los hombros.

- ¡¿Qué?! - Exclamó alterado el peliverde, echando a correr hacia el otro adulto presente - Por favor perdónelo, él es un buen niño... No suele hacer este tipo de cosas... Si es necesario, yo cubriré los gastos para que atiendan a su hijo.

- Midorikawa-san, el señor Swift fue muy comprensivo - Indicó Yukimura sin dejar de esconderse tras su nuevos amigo - Y...

- ¿Dijiste "Señor Swift"? - Interrumpió con seriedad el amante de los helados, analizando con la mirada al mencionado - Hyouga, sube al auto es este preciso momento y espérame ahí. Es una orden.

- Yo tengo que llevar a Taiyou a casa... Si me permiten... - Musitó aterrado Kazemaru, caminando hasta donde su pequeña mandarina estaba.

- Espere - Habló el ojinegro, tomándolo de la muñeca con firmeza - Si no le molesta, los niños pueden esperar en mi coche, pero necesito hablar con usted, es urgente - Al no obtener respuesta en más de 10 segundos, decidió tomar las riendas de la situación - Hyouga, por favor acompaña a Taiyou mientras hablo con el señor Swift - Dijo más relajado, dirigiéndose a Yukimura - Por favor esperen en el auto.

Estupefacto, Nathan no podía creer lo mucho que imponía ahora su amigo, no lo recordaba tan firme y estricto, lo que lo llevó a pensar "¿Qué tanto han cambiado las cosas en este mes?"

¿Fácil? ¡No! (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora