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~Narra Alnair~

Íbamos en el subway, tuve que esconder cuidadosamente a Aria entre mi ropa.

—Que bueno que no se dieron cuenta—Lio acercó un pedazo de croqueta que compramos en el camino a mi chaqueta. El pequeño hocico de Aria salió de ella.

Tomó la croqueta. Reímos.

—Es demasiado tierna. Mi mamá nunca me dejó tener mascota—soltó Lio.

Yo lo miré ofendido.

—No puede ser. Debes ver mi casa, mi familia siempre ha sido fan de los animales. Mi casa está llena de ellos. Lamentablemente cuando empecé a estudiar me tuve que mudar a un departamento. Ahora solo tengo un perrito llamado Denver—me acomodé en el asiento.

Por suerte no había tanta gente a esa hora. De hecho iba casi vacío.

Wow. Que genial. Me encantaría ir a tu casa. ¿Qué animales tienen?—me preguntó.

Yo le empecé a contar de todos los animales que tuve en la casa de mi madre.

—He tenido tucanes, tortugas, lagartos, perros, gatos, hamsters, iguanas, una vez tuve un erizo de tierra. Era bastante activo. Actualmente mi mamá tiene dos iguanas. Dos canarios. Una perrita y tres gatos. Oh y también Tres petauros de azúcar—finalice mi relato.

—¿Unos qué?—preguntó confundido.

—Petauros de azúcar. Mira son estos—le mostré una foto.

—Son bastante lindos—miró detalladamente la foto.

—¿Verdad? Tienen un leve parecido a las ardillas voladoras—le dije.

Y seguimos hablando de mascotas.

—Una vez me pasó que me levanté. Yo tenía un Hámster llamado Tom y por extrañas cosas que hasta el día de hoy no me explico. Hizo Bum, y explotó—me miró incrédulo.

Soltó una pequeña risa.

—¿Es en serio? ¿Así como así? ¿Hizo bum y ya?—yo asentí.

Rió de nuevo. Yo lo miré.

—Fue lo más loco que me ha pasado con una mascota. O sea sé que los hámsters tienden a morirse por todo pero no esperé que explotara—acaricié a Aria.

—Es lo más extraño que me han contado sobre los hamsters—yo reí también ya que la risa de Lio era bastante contagiosa.

Sentía la mirada de la gente sobre nosotros pero no nos importó.

—Oh. Nos bajamos en la siguiente...—le dije, él asintió secándose las lágrimas.

Llegamos a la estación y nos bajamos mientras seguíamos hablando de cosas que me pasaron con las mascotas.

Sip, era demasiado tierno. Cuando era chiquito. Ahora es enorme—dije abriendo mi brazo indicándole.

—Me gustaría conocerlo—me miró mientras subíamos por las escaleras mecánicas.

—Cuando pueda te invitaré a mi casa. Estoy seguro que a mi mamá le agradarás. Eres buena persona, Lio—le sonreí. Él me miró un segundo pero luego sonrió.

—Eso debería decirlo yo. Eres una gran persona, que para enfrentar a 5 tipos para defender a una perrita es admirable—me sonrojé.

—Deja de decir cosas vergonzosas. Me pongo rojo—abracé a Aria.
Él rió y me pasó la mano por mi cabello.

El amor es hermoso pero complicado | ᶻᵒᵈⁱᵃᶜᵒ ᵇˡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora