➥ Es obvio que el amor es un tema complicado.
12 chicos que no saben nada de esto o han tenido malas experiencias comienzan a sentirlo. ¿Será todo color de rosa? No, eso es claro. Habra drama, oposiciones, inseguridades y mucho romance.
12 chicos...
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~Seis años más tarde~
—Hoy vuelve Cali ¿verdad?—preguntó Ara sentándose en el sillón de la sala de estar.
—Sip, tiene el fin de semana libre—mencionó Vali sentándose al lado de ella.
—¿Quién lo diría? Que terminara entrando a la escuela de policías—soltó Ara dándole un sorbo a su té.
—Si, la verdad es que sí—concordó Vali haciendo lo mismo que Ara.
—Pero lo hace bien—sonrió.
—Sí, es genial.
—¿No lo ibas a ir a buscar?—le preguntó.
—Muy cierto. Si quieres quédate aquí—le dijo mientras corría hacía la habitación.
—Por más que quisiera ver a Cali, tengo que hacer deberes, mis hijos necesitan cariño.
Cabe destacar que Ara tuvo hermosos hijos mellizos, y adivinen quienes son los padrinos.
Pues nada más y nada menos que Calisto y Vali.
—Cierto, ¿quieres que te vaya a dejar?—le preguntó colocándose la chaqueta.
—Nah, estaré bien. Tu anda a buscar a tu hombre, después si quieren nos visitan—le guiño el ojo, Vali rió y rodó los ojos.
Vali de 31 años ya era el inspector al mando dentro de la comisaría luego de que su antecesor tomara la decisión de jubilarse, todos adoraban a Vali como jefe.
Y Calistp que a los 21 años decidió tomar el servicio militar cosa que cuando se lo dijo a Vali le sorprendió bastante.
—Quiero ser policía—le mencionó Calisto mientras veían una película.
Vali estaba tan sorprendido que tuvo que pausar el filme para prestarle atención.
—Un momento, ¿qué?—preguntó desconcertado.
—Quiero ser policía—respondió de nuevo pero más lento.
—No, eso lo entendí...quiero decir...¿por qué?—preguntó.
—Porque quiero hacer lo que tu haces, salvar y ayudar a las personas, no quiero que haya jóvenes que pasaran por lo mismo que yo pase. Quiero detener a gente que es mala y le hace daño al mundo—explicó.
Calisto lo había decidido, quería ser cómo Vali.
—Pero es muy peligroso—dijo el mayor.
—¿Y qué? Estoy decidido a hacerlo.
—Okay, lo siento. Pues te apoyaré—le sonrió Vali—. Siempre lo haré.
