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~Narrador Omnisciente~

—¿Como te encuentras, Lio?—le preguntó Amy, ambos se encontraban en el gran jardín de la casa de los padres de Lio.

La balanza la miró de reojo y suspiró.

—No sé, fue algo raro, supongo. Nunca creí que mi padre haya tenido un hijo antes que yo...hablaba tan bien de él que...para que te voy a mentir...me dio envidia. Casi que le brillaban los ojos al hablar de él—miró sus manos.

—Bueno, es normal—la chica miró hacia las lindas flores que habían ahí.

—¿Tú crees?, en parte me siento mal de sentir envidia del él, debe haber pasado mucho dolor en su vida. Me siento mal por envidiarlo—se empezó a híper ventilar.

—Oye...tranquilo—lo tomó de los hombros—Shh...no te pongas así ahora que yo no soy Alnair como para calmarte como lo hace él.

Lo abrazo por los hombros, Lio empezó a respirar de nuevo normal.

—Gracias. Lo estaba pensando demasiado—le sonrió.

—Te lo digo enserio y cómo amiga es normal que te sientas así, a ti nunca te presto esa atención que le está prestando a tu hermano mayor—le acariciaba suavemente la espalda—, lo bueno es que no lo odias—le sonrió.

Lio asintió, es verdad él no odiaba a su hermano después de todo no lo conocía y no lo iba a odiar solo por que su padre le prestara atención.

—Tienes razón—se sonrieron.

—Que bueno que se estén llevando bien—se acercó la madre de Lio.

—Sí—respondieron ambos.

Luego llegó Mercurio que abrazó a su esposa de la cintura acercándola a él.

—¿Les parece que invite a Calisto a la fiesta de máscaras?—preguntó Mercurio mirando a la esposa y luego a Lio.

—Yo creo que está bien, quiero conocer a mi hermano. Ah y ¿puedo invitar a un amigo?—sonrió Lio sin ningún rencor, seguía diciéndose a sí mismo que no era culpa de Calisto.

—Que bueno y sí, no te preocupes, es bueno que traigas a uno de tus amigos—sonrió el padre.

—Sí, creo que sería bueno conocerlos, a Calisto y a tu amigo—sonrió la madre. Amy miró sonriendo a Lio. Ese era su amigo.

—Bueno, creo que me iré, tengo universidad mañana—se levantó el librano. Amy igual se levantó.

—Yo también me tengo que ir—ambos se despidieron de los mayores.

El amor es hermoso pero complicado | ᶻᵒᵈⁱᵃᶜᵒ ᵇˡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora