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~Narrador Omnisciente~

Ariel se encontraba cantando dentro de la sala de estudio y grabación, estaba una de sus nuevas canciones, cuando ve a Cygnus detrás del vidrio, este le sonreía, el signo del aguador o de la pecera como le quieran nombrar, le lanzó una sonrisa incómoda para luego volver a concentrarse en su canción.

Esta canción la había escrito recientemente y la escribió pensando única y exclusivamente en Percy, sonrió en medio de la canción, pero a diferencia de la que le dio a Cygnus, esta era sincera y real.

Cygnus no se le pasó desapercibido eso y apretó su mano en un puño, porque sabía que esa sonrisa no era solo porque estaba haciendo lo que le gustaba, sino que...por algo más.

—Listo, Ariel. Eso por hoy—le dijo el director de estudio.

Ariel asintió y se sacó los audífonos. Entró a la pequeña sala y se sentó para escuchar cómo había quedado.

—Me gustó—soltó mientras sonreía.

—Quedó perfecto—le sonrió el director de estudio. Ariel asintió agradecido.

—¿Ari, quieres salir a tomar algo?—le preguntó Cygnus. Se quería negar. Iba a hablar pero lo interrumpió—Bueno, claro que quieres ir, vamos—lo jaló con él.

—Cygnus, de verdad que estoy cansado...me gustaría estar con Ofi—mencionó incómodo intentando soltarse pero el agarre del mayor se incrementó.

—No te preocupes, a Ofiuco le di el día libre—le sonrió. Ariel bufó.

—Lo siento...pero tengo novio—se soltó—. Le pediré amablemente que deje de coquetearme, si quiere salir a comer algo que sea como director y idol—habló firmemente.

Cygnus se sorprendió, ese maldito lo había hecho.

—¿Que tiene él que te guste tanto, Ariel? ¿Ah? ¿Que tiene él que no tenga yo?—se acercó amenazadoramente al signo de aire.

Que usted director no le llegaba ni a los talones a Percy, quizo decirle pero se contuvo.

—Creo que esas preguntas son fuera de lugar, señor Cygnus—volvió a la formalidad.

—Si quiero, Ariel, te puedo echar de esta compañía...¿lo sabes verdad?—le sonrió.

—¿Me está amenazando?

—Tómalo como quieras, ¿qué tiene Percy Fisher que no tenga yo?—volvió a preguntar.

—Él entiende lo que es darme el espacio que quiero, a usted en cambio, le puedo decir que no mil veces y sigue insistiendo—se cruzó de brazos el menor. Cygnus rió amargamente—. Si quiere, despídame, triunfaré da lo mismo en dónde esté—le dijo antes de pasar por el lado de él.

El amor es hermoso pero complicado | ᶻᵒᵈⁱᵃᶜᵒ ᵇˡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora