El amor es hermoso pero complicado | ᶻᵒᵈⁱᵃᶜᵒ ᵇˡ

36.

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~Narra Ariel~

Desperté y me dolía como mil demonios la cabeza. Creo que tomé demasiado. Levanté mi cabeza que aún estaba apoyada en el hombro de Percy. Mirarlo hizo que recordara lo de ayer y me sonrojé.

Ah, me dolía demasiado la cabeza. Sentí caricias en mi pelo.

—Debe dolerte mucho la cabeza—me susurro con su voz ronca haciendo que me vuelva a sonrojar pero más violentamente. Asentí.

—Me duele bastante—Reí nerviosamente.

—Te iré a buscar una pastilla, espérame aquí—me dejó delicadamente en el sillón y él se levantó. Abrió unos cajones, luego volvió con una pastilla y un vaso de agua.

—Gracias, CyCy—tomé el vaso y la pastilla que me extendía.

Él volvió a sentarse a mi lado y puso su cabeza en mi hombro.

—¿CyCy?—preguntó con un pequeño sonrojó.

Cuando tome la pastilla deje el vaso en la mesa pequeña y asentí.

—Es mi nuevo apodo para ti, ¿te gusta?—me puse derecho pero cuando pasó, Percy se me tiró encima, mi espalda toco el sillón.

—¡Hey!—me quejé.

—Me encanta—sonrió—. Quiero quedarme contigo todo el día—me abrazó.

Me sonrojé, sentía su respiración en mi cuello. Levantó un poco la cabeza y sentí que me mordía en cuello. Me mordí el labio para no emitir ningún sonido del cual me pueda arrepentir.

—¿Por qué te contienes?—escuché que rió contra mi piel.

—Cállate, tengo vergüenza—dije bajito.

La puerta del departamento fue abierta abruptamente.

—¡Así te quería agarrar, puerco!—escuché la voz de Ofiuco.

Ay no, antes de que se abalanzara sobre Percy, me levanté rápidamente y me coloqué en frente de él.

—No me estaba haciendo nada, Ofi. No seas dramático—Ofiuco me miró con los ojos entrecerrados y me inspeccionó.

Vi que Percy se sentó bufando. Quería reír ante eso pero la cara de seriedad de Ofiuco no me dejó.

—Entonces explica la marca de tu cuello.

¿Marca? Ah, lo que acaba de hacer.

—Eso no es nada. Solo fue un beso—reí.