➥ Es obvio que el amor es un tema complicado.
12 chicos que no saben nada de esto o han tenido malas experiencias comienzan a sentirlo. ¿Será todo color de rosa? No, eso es claro. Habra drama, oposiciones, inseguridades y mucho romance.
12 chicos...
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~Narrado Omnisciente~
La dos semanas para el viaje se pasaron bastaba lento, ambos estaban emocionados por eso, así que...obviamente el tiempo hace un mala pasada y pasa extremadamente lento.
—Es hoy, es hoy—Gavin se tiró encima de un dormido Leroy.
—Sí, pero sale de encima, me estás ahogando, ojitos—se quejó medio adormilado Leroy.
—Oh, sí, lo siento—se levanto levemente.
Ahora sí no lo estaba aplastando. Leroy se puso en frente y lo atrajo hacía el para darle un beso.
—Lo vamos a pasar genial—le dijo luego de haberse separado.
—Definitivamente, Leoncito—pasó sus manos por el contorno de la cintura de Leroy.
—No, ahora no. Hay que prepararse—le pegó suavemente las manos al darse cuenta de las intenciones del signo de los gemelos. Gavin hizo un puchero pero asintió.
Se levantó y se fue a hacer un buen desayuno para ambos. Mientras que el león se iba a bañar. Tarareaba una canción que había escuchando en la mañana. Luego de unos minutos tenía el desayuno preparado, lo sirvió y espero que Leroy saliera del baño. Cuando el leonino estuvo vestido y hermoso se sentó a comer.
—Se ve delicioso—acotó admirando el plato.
—Yo digo que tú te ves delicioso—sonrió coquetamente. Leroy lo miró y se sonrojó.
—Ya deja eso—rió. Gavin también lo hizo.
Siguieron comiendo entre risas, bromas subidas de tono y besos.
Cuando terminaron de ordenar. Quedaban tres horas para el vuelo, como siempre se hacía dentro de los aeropuertos tenían que estar una hora antes de que su vuelo saliera.
Decidieron pedir un taxi que los llevara al aeropuerto. Subieron todas sus cosas y emprendieron su viaje hacia el lugar donde prontamente tomarían un avión he irían a su viaje tan soñado para ambos.
Llegaron y empezaron por ir a declarar y dejar sus maletas para que las pesaran y todo ese papeleo. Luego empezaron a dar vueltas por el gran aeropuerto ya que era enorme.
—Queda media hora, ¿vamos?—le dijo Gavin mientras miraba su reloj.
—Okay—sonrieron y empezaron a caminar de vuelta, pasaron por la policía, y caminaron. Fueron a la puerta de embarque correspondientes.
—Fila número tres—dijo la azafata. Ambos se levantaron mostraron sus pasajes.
—Bien, que tengan un lindo viaje—nos sonrió amablemente la azafata.
—Gracias—respondieron.
Gavin le sacó una foto al león. Bueno la verdad se sacaron muchas fotos, entre selfies y las fotos que se sacaban entre ellos. Ya en el avión y sentados se dieron el lujo de relajarse. Se miraron y se dieron un beso. Esto será hermoso e inolvidable.
