capítulo dos

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"el odio es tan real cuando el amor es tan falsotraicionar ahora es normal y también pegar un balazode amistade estoy escaso pero de gente estoy llenoque están llenos de veneno pero cada ve son meno"desahogo – pablo chill-e

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"el odio es tan real cuando el amor es tan falso
traicionar ahora es normal y también pegar un balazo
de amistade estoy escaso pero de gente estoy lleno
que están llenos de veneno pero cada ve son meno"
desahogo – pablo chill-e

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JOAQUÍN CONTRERAS

parece que hable de más, parece no más.

la millaray se quedó quieta asimilando mi —me importai un pico— bastante directo, el ignacio me miraba enojado, la tía de enfermería quedó como metía en la copucha y la pascal que estaba al frente mío quedó procesando la información mirando a un punto fijo.

prácticamente acabo de decir que me agarre a combos por ella, pero es que era cierto, conozco a la pascal y es terrible buena persona, no le hace mal a nada ni nadie.

cuando la millaray me cago la primera vez, ella me veía como con pena, yo no entendía hasta que a los dos días la escuché peleando con la millaray para que me dijera que me cago porque yo no merecía eso.

desde ahí supe que ella si valía la pena.

no la millaray, la perdone de puro weon y de no saber como terminar con ella, ya que se iba a arruinar todo "mi plan" si lo hacía, fuera de eso, incluso me caía un poco mal, con cuea hablábamos.

por eso es que no me arrepiento de haberle sacado la chucha al ignacio.

con él hablábamos caleta igual, cuando jugabamos a la pelota y esas weas.

la cosa es que, cuando hablamos él me hablaba de lo linda que era la pascal y lo buena polola que era, se preocupaba por él y no era celosa ni posesiva, eso me hizo comenzar a prestarle mucha más atención que antes y descubrir que todo eso era cierto.

por un momento pensé que el ignacio no sería aweonao y la respetaría siendo un buen pololo, como ella se merece, pero me equivoqué. y se perdió a la media mina, nada que decir.

salí de mis pensamientos cuando la tía carraspeo.

—ya estai listo, vayan al tiro pa la inspectoría —dijo dándole palmaditas al ignacio en su hombro.

la pascal seguía sin moverse y sinceramente no quería que lo hiciera, tenerla frente a mi, bien cerquita porque me estaba curando las heridas, se sentía bien, era lo más cerca que habíamos estado después de años.

es raro, pero me gustaba que se preocupara por mi ayudándome con el hielo y las heridas.

—vamos —me dijo sonriente cuando salio de sus pensamientos, yo le sonreí también asintiendo, seguía sin moverse.

culiao barsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora