A la mañana siguiente las dos princesas se encontraban desayunado junto a ellas sus padres quienes también asomaban la riquisima comida servida.
Una doncella se acercó a su madre para susurrarle algun anuncio, todos lo ojos se quedaron viendola cuando se alzo.
-Niñas, al gran salon, ahora- indicó mientras se despedia de su rey.
Las dos princesas confudidas acataron la orden de su madre, fueron haciael salon situándose a lado de las dos mesas predispuestas para ellas dos.
De pronto muchas doncellas se abrian paso para traer en sus brazos objetos de diferentes tamaños.
Regalos.
Era costumbre que cada vez que alguien era presentada a la sociedad aquellos que tuvieran la intención de acercamiento tenían el derecho de mandar obsequios, manera la cual les hacia saber a las damas su interés.
Las dos hermanas sonrieron ansiosas por tocar cada una de ellas.
Cada objeto fue puesto en las mesas pero... Annie no veía nada mas que vacío, cada que una doncella entraba con algo en mano esperanzada con anelo algo para ella.
Pero nada fue puesto en su mesa, cohibida por la desilucion bajo la mirada.
El pueblo sólo veía a su hermana.
-Debe haber un error- anunció su hermana- Algo de aquí debe ser tuyo.
-Tiene razon Bella, porque no la ayudas a abrirlos talvez haya algo para las dos.
Annie No era rencorosa de hecho era tan buena, no estaba celosa pero algo dolia al ver como su hermana brillaba y como aquellos mostraban interés.
Con ese acto sólo confirmó lo que dia anterior vio.
-Mi niña, podemos...
La puerta del gran salon se Abrío dándole paso nuevamente a una doncella quien traía en sus manos no una si no dos rosas.
Eran para ellas dos, Annie la tocó sosteniendola en sus manos, quien las dio dispuna para cada una de ellas una tarjeta.
Annie No tenia nada que hacer allí si sólo tenia como regalo aquella flor. Salió corriendo yendo hacia el jardín del Castillo.
Su hermana Isabella quiso detenerla, su madre la sujeto.
-Dale su espacio.
Isabella habia sido educada para velar por su hermanita, a pesar de que eran gemelas, las dos tenían derecho a contraer nupcias mas cuando ella era quien tomaria el trono de su padre.
Verla irse corriendo sólo aumenta la prisa y aungustia de lo qie los pensamiento le hicieran a su hermana. Annie era muy sentimental.
Ya sentada entre los muros verdes y olores a rosas silvestres, annie decidió leer la nota.
Aquellos que ignoran, aquellos que fingen ser ciegos, aquellos que no ven y aun así pueden.
¿Que queria decir? Acaso era el, Dante. De ser así tambien fue capturado por su hermana al recibir una nota igual.
Volteó la pequeña hoja de papel en busca de firmas que la hicieran reconocer las iniciales del nombre pero no había nada.
La rosa era hermosa, la acarició con los dedos, tan delicada, tan frágil.
Como ella. Como cualquiera.
Eve.PB.
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¿Por qué no soy ella?
RomanceAnnie e Isabella, princesas de las tierras del norte compartían muchas cosas, mellizas que toda su vida habían sido educadas para saber ser hijas del rey y próximamente esposas. Las dos hermanas habían crecido con historias de amor, bellas y carente...