Annie estaba tan feliz, irradiaba con su sonrisa buenas vibras y más cuando su doncella sabia cuan emocionada se veía por ese día.
-Quiero este vestido- anunció mientras se bañaba.
-Está muy feliz, princesa- Annie le sonrió frente al espejo mientras ella la peinaba, quería verse bonita.
Cuando bajo, recorrió todos los salones como si fuera la primera vez, saludando a todas las personas, Dante estaba por llegar así que no tardó mucho en las caballerizas junto a Durazno, su fiel caballo.
-Deséame suerte, tal vez esta vez sea a mí a quien elijan- le paso las manos por su hocico y lo beso.
Llego junto a sus padres quienes esperaban a la llegada del príncipe. Su hermana al igual que ellos bajo, la más pequeña noto lo hermosa que se veía mucho más que todos los días, Bella intento y trato de decirle a su hermana pero no pudo, no tuvo el valor suficiente para causarle tal dolor.
El príncipe llego un momento después, saludo a los reyes y a las dos hermanas manteniendo aun así por mucho más tiempo en Isabella.
-Sus majestades- hicieron la respectiva reverencia y juntos pasaron al comedor.
-Es grata la sorpresa la manera en que nos reunimos- pronunció su madre quien estaba a la perspectiva de sus acciones, la reina esperaba que pasara lo que más quería.
-La verdad es que para su hija y yo, no lo es- los sirvientes pusieron los platos para cada quien y los reyes no pasaron desapercibidos la manera en la que hablo el invitado.
-¿De qué habla príncipe Dante?- pregunto esta vez el rey.
-El motivo de esta reunión es para pedir la mano de una de sus hijas- Dante se paró y puso frente a los Reyes un lazo, era representativo cuando alguien pedía la mano de una de sus hijas y ellos al tomarla representaba la aceptación y permiso de acuerdo a esa unión. Un lazo que uniría a las dos familias.- Pido la mano de su hija Isabella para casarnos.
Y el mundo de Annie cayó a sus pies, el sentimiento de decepción se colocó en ella haciéndola sentir mal, nuevamente toda ella dolía.
Sé que es un poco repentino y espero realmente que consideren esta decisión, su hija y yo, hemos estado viéndonos durante estos meses, disfrutando de nuestra compañía compartiendo mementos que recordare para todo la vida- en la espera de que el Rey Gabriel tomara el lazo, dante aún seguía sosteniendo el listón.
-Esto es... tan sorpresivo, no lo esperábamos- hablo mientras miraba a su esposa quien podía verse sonreír un poco.
-Lo sé, pero quisiera saber que opinan ustedes- Dante voltio a ver a la otra princesa, sonriéndole le dijo- Annie, tu qué opinas ¿estás de acuerdo? ¿Puedo ser tu cuñado?, eres mi amiga quiero saber lo que piensas...
Annie bajo la mirada cuando sintió como las lágrimas se acumulaban en ella, no quería llorar pero allí estaba, el hombre del que se enamoró también cayó ante su hermana. Se levantó de la mesa para irse a su cuarto corriendo e ignorando los llamados de los presentes.
-¡Annie!- llamo su madre, quien no entendía sobre su repentino comportamiento- Discúlpenla debió de sentirse cansada
Esa maldita palabra iba a quedarse grabada por mucho.
Amiga
Amiga
Amiga
Llego a su cuarto y se encerró, no quería ni tenía ganas de ver a alguien, se dejó caer en el piso mientras las lágrimas se caían por sus mejillas, el sentimiento era feo y no lo quería, deseaba que hubiera sido ella y no su hermana.
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¿Por qué no soy ella?
RomanceAnnie e Isabella, princesas de las tierras del norte compartían muchas cosas, mellizas que toda su vida habían sido educadas para saber ser hijas del rey y próximamente esposas. Las dos hermanas habían crecido con historias de amor, bellas y carente...