♛ XVII♞

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Annie se había levantado con mas pereza que otros días, sus padres le habían dicho que el hombre ese celebraría una cena ese día y a pesar de que la promesa de Kastian hoy se cumplía no veía nada de el, estaba desesperada y a la vez desanimada.

-Ese cachete ya no esta mas hinchado y eso es bueno Annie- le dijo su hermana, con ella había paso los últimos días, había en que el cansancio o al menos eso creía que era la tiraba todo el día en cama- Ese tipo crees que pedirá tu mano.

-No lo se- si lo sabia y es que era mas obvio de acuerdo a lo que tenia en mente el respecto a ella- Y no quiero hablar sobre ellos, mejor cuéntame como va la preparación de la boda.

-Nos casaremos dentro de tres meses, estos emocionada he empezado a ver telas sobre el vestido que pondré, el pinado y el lugar, Dante dice que quiere casarse en sus tierras y yo le dije que quisiera tener al menos una fiesta aquí- la manera en que su hermana le contaba todo aquello le hacia desear algo que tal vez no iba a tener, sonreía porque quería lo mejor para ella y su futuro porque a pesar de todo era su hermana y si en algún momento deseo algo como el de ella no era un delito porque muy en el fondo sabia que eso no era para una chica como ella.-Annie, se que sientes o sentías algo por Dante y quiero disculparme y decirte que pase lo que pase, soy tu hermana y puedes recurrir a mi incluso si eso es escapar.

No lo había pensado ni imaginado, escapar seria un termino que iría con ella toda la vida y aunque se escuchaba tentadora no podía, no quería vivir encerrada o confinada a un lugar en donde no podían reconocerla, lo odiaría porque ella amaba sentirse libre.

-Gracias pero creo que no- había prometido que se mantendría fuerte durante todo el tiempo y así seria ademas aun tenia que dar pelea.- Escapar no es una opción.

Si el destino quería que se casara con ese hombre así seria pero primero tenia que mostrarse fuerte y valiente porque no iba a tener todo muy fácilmente, no seria la esposa complaciente o sumisa para el, le sacaría de quicio hasta verlo fallecer.

Flame había pensado en todo antes de llegar a ese castillo, sabia  a quien trataba y como iba hacerlo, la princesa actuaba ruda al principio y luego del golpe se sumió en una tristeza que la dejaba en cama todos los días,y no era mas que maravilloso para el.

La verdad es a cualquiera que hubiera escogido, le haría lo mismo, incluso si era Isabella la hubiera aturdido y dejarla sin ninguna salida mas que casarse con el, todo debía hacerse rápido porque el primer esposo seria dueño de todo, tomaría no solo el control de la princesa si no que también de esas tierra y luego por mas.

Para esa noche ya tenia todo, había puesto vigilancia en la casa para que nadie se atreviera a acusarlo o incluso arruinar la cena, había también escuchado sobre rumores de la relación cercana que tenia Annie con el rey Kastian, otro problema para su mente y todo lo que quería lograr.

Si conseguía esto, solo le quedaba las tierras de Kastian, unas que había deseado desde la anterior muerte de su padre, tenia tan solo 16 años cuando ese chiquillo lo venció, la deshonra estaba solo en su mente de el porque nadie sabia lo que esa noche había pasado y es que tenia rabia atrapada por no poder hacer algo tan simple como ello.

-Señor, la ropa ya fue enviada al cuarto de la princesa- anuncio el sirviente que estaba junto a el.

-Asegúrate que lo lleve puesto no acepto que vaya con ropa de difunta en esta cena, si no acotas mi orden date por muerto- amenazo mientras el sirviente asentía con la cabeza.

-Estas seguro que todo esto saldrá bien, cariño- dijo la voz de una mujer, estaba tendida en su cama.

-Te he dicho que no me digas cariño, odio ese apelativo ademas como osas en dudar de mi- la mujer se tapo cuando vio los ojos calculadores de el, sabia que aunque era un rey muy oso también debía meterle ella quien no tendría el poder para atacarlo.- Fuera de aquí zorra, y que nadie te vea.

¿Por qué no soy ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora