Capítulo 21

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Abihail y Antonio una vez más estaban en una cita nocturna. Esta vez se decidieron por ir a una heladería sencilla, con buen ambiente y al aire libre. Degustaban un buen helado cada uno mientras charlaban con calma y compartían sonrisas un poco más profundas y de afecto entre ellos.

Llevaban poco tiempo saliendo y ya ambos sentían una fuerte conexión, a pesar de que sabían pocas cosas del otro, aun así se tomaban su tiempo para disfrutarse y conocerse, ninguno de los dos quería ir a prisa y se satisfacían en ese sentimiento raro que se instalaba en sus estómagos cuando se veían el uno al otro. Era un enamoramiento lento, delicado, sutil; pero que en ambos estaba tocando las más pequeñas fibras del ser.

–Entonces os iréis mañana por una semana entera –Agregó Antonio con una sonrisa pequeña–. Ya pillo lo triste que ha de ser no teneros cerca.

Abihail sonrió de inmediato mostrando todos sus dientes, al tiempo que se enrojecían sus mejillas.

–No será para tanto –Defendió ella.

–Creedme, será súper triste… al menos para mí –Manifestó–, pero no os preocupéis, os molestaré siempre con algún mensaje –Abihail sonrió mucho más–, quizá algún poema o, si nos es posible, una llamada.

–Será muy lindo que te acuerdes de mí, así que será bien recibido.

–Siempre he de acordarme de vos, Abihail –Dijo en un suave tono dulce, mientras su mano izquierda viajaba para tomar la derecha de Abihail con un suave tacto–. Es difícil sacarte de mi cabeza, ¿Sabes? –Recitó con mucha melosidad.

–Eres tan tierno, Antonio –Expresó con una sonrisa clara y sincera, sin apartar su mano–. Oraré todas las noches por ti, para que seas guardado.

–amén, yo igual le oraré a Dios por tu vida. Quiero que lleguéis sana y salva otra vez.

–amén –Afirmó ella.

Rápidamente, Antonio aprovechó el momento para indagar acerca de lo sucedido entre ella y Liam. Era un asunto que a ciencia cierta le preocupaba por dos cosas: 1-. Liam era astuto en la seducción y conquista de mujeres, y 2-. También era una excelente persona para lastimar a otros. No quería que Abihail se sintiera mal por él, y muchos menos quería que sufriera de amor por él; por un ser tan desagradable.

–Abi, hay algo que he querido preguntaros desde hace días –Confesó estableciendo una vez más una mirada fija con ella, al momento en que rodeaba la mano de su contraria, y envolvía sus dedos para acariciarlos con el pulgar–, no quiero que me toméis por… osado al meter en vuestros asuntos, pero es algo que de verdad me preocupa. Principalmente por a quien incluye.

Abihail ladeó su cabeza un poco confundida– ¿Y qué es eso que te preocupa? –Antonio, antes de responder, suspiró un poco.

–Pues… verás… me contaron que os vieron llorar a la puerta de la casa de Liam. Y lo que yo quería saber es qué es eso tan grave que os ha hecho como para que lloréis.

–¿Quién te contó eso? –Preguntó, y al mismo tiempo le dio cierta afirmación a Antonio que lo hizo estar intranquilo.

–Escuche sin querer, ¿Vale? –Mintió–, y no quiero deciros de quien lo escuché, no quiero generar un… pleito por chismes. Disculpadme si esto os parece algo incorrecto, pero necesito preguntaros por la paz de mi alma, porque tú… –Se cortó por un momento– Me importáis.

Abihail sonrió comprensiva. Lo que sucedía era que Antonio quería cuidarla, cuidar de su bienestar, y eso era un detalle que a Abihail le agradó. Le importaba a él, ejercía un efecto en él, y él solo quería cuidar de ella.

Con un propósito #TA2021 [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora