Las primeras semanas de trabajo para Abihail habían pasado, y no podía describir mejor su nuevo empleo que con la palabra cansado. Leonardo no dejaba de comportarse como un tonto, haciendo de todo para molestarla, para hacerla trabajar el doble, para intentar incomodarla o intimidarla. Se había tomado muy en serio el hacerle la vida difícil a Abihail a toda costa para obligarla a irse, para que con su alma anhelara buscar trabajo en otro sitio. Sin embargo su plan se veía frustrado y sabía que no estaba surgiendo efecto cuando día a día Abihail llegaba a su habitación con una sonrisa animada dispuesta a convencerlo de hacer la terapia, hacerlo comer o darle su medicina. Solo se enojaba pero volvía a estar en paz, cosa que muy en el fondo él envidió. También quería sentirse en paz consigo mismo, pero le era difícil.
Leonardo reconocía su resistencia, pero aún no paraba, él no cambiaba su trato, de hecho fue peor. Dejaba caer las pastillas, vasos, platos y cubiertos al suelo intencionalmente y pedía tantas cosas solo para hacerla trabajar de más, le hacia comentarios groseros u ofensivos acerca de como se veía o de como caminaba y hablaba, la miraba con odio y siempre buscaba algo que reprocharle, le remarcaba que no hacía las cosas bien; incluso llegó a mentir acerca de que olía horrible todo el tiempo.
Pero todos los días llegaba sonriendo. Y él también comenzó a sentirse cansado, su odio le agotaba mentalmente cada día.
La muy… tenía resistencia.
Lo que él desconocía es que para Abihail no estaba siendo fácil, él no se lo dejaba así. Tal desesperanza la llevaba a orar todo el tiempo para fortalecerse, le pedía a Dios que le ablandara el corazón a Leonardo y le ayudara en todo momento a tener paciencia con él.
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Una tarde, Abihail decidió sentarse frente a su casa, en el porche, para leer la Palabra. Esta era una de esas tardes donde llegaba a casa con todas las cargas espirituales que Leonardo le dejaba encima, aparte del estrés y cansancio, y buscaba refugio en Dios; su mejor aliado. Además de que se llenaba de palabra para compartir en la iglesia de la cuál era líder.
-¡Hey, hola!- Saludó alguien entonces, desde un lugar algo lejano.
Abihail movió sus ojos y miró a Antonio al otro lado de la calle, frente a la casa de Liam, al cuál sonrió. Antonio captó aquella expresión como el permiso que necesitaba para acercarse a ella, cruzó la calle en un leve trote y en pocos segundos estuvo cerca.
-¿Cómo estáis?- Preguntó él saludándola con un beso en la mejilla, haciendo manifiesto su acento Español.
Lo primero que notó fue el libro que Abihail tenía en las manos.
-Estoy bien gracias a Dios- Dijo sonriéndole cálidamente-. ¿Tú que tal?
-Pues el Padre me ha permitido estar bien, también- Dijo de forma sencilla, sonriendo un poco más.
La palabra “Padre” en su oración llamó la atención de Abihail, cosa que le hizo suponer que quizá era cristiano. Sin embargo no dijo nada al respecto.
-Ahora contadme- Habló Antonio con una sonrisa agradable-. ¿Cómo habéis estado? ¿Ya os gusta estar en este barrio?
-Pues… aún no conozco mucha gente, pero al menos todo ha estado en calma- Explicó-. A excepción, claro, del inconveniente con nuestro… vecino contaminador.
Entonces Antonio bufó con desagrado.
-Es un tío de lo último, para nada agradable. Tenía merecido lo que le pasó- Dijo un tono poco cariñoso-. Pero en fin, él siempre ha sido así.
-¿Ah, sí?-No tenéis idea, por años hemos tenido que calarnos el vivir junto a él. No solo nosotros en casa, sino todo el barrio. Preguntad solamente y recibiréis el peor de los testimonios. Miles de fiestas al mes, música horrenda, todo lo que puede adjudicarse a un vecino inmoral.
-Entonces habrá que ayudarlo- Respondió Abihail.
¿En serio? ¿Ayudarlo? ¿A alguien cómo él?, se cuestionó Antonio mentalmente, dirigiéndole una pequeña mirada que dejaba ver incredulidad, pero luego carraspeó su garganta y sonrió nuevamente tratando de borrar a Liam de su mente. Sin embargo, Abihail no notó sus expresiones.
-En fin, no hablemos de cosas que no tienen caso- Dijo-. ¿Qué os parece cenar alguna vez en casa? Como no te has relacionado con mucha gente acá…
-Ay, ¿En serio?- Dijo con una expresión de cansancio fingido-. Es que tu casa queda muy lejos- Agregó con gracia. Antonio no pudo evitar reír: vivía casi a su frente.
-No te preocupes, puedo ir a buscarte en mi coche. Ya sabéis, para evitarte callos en tus lindos pies- Dijo con una sonrisa mientras Abihail reía.
-Me parece genial- Agregó Abihail-. Algún día.
-¿Qué tal el viernes?- Propuso casi de inmediato.
-Mmh…- Abihail pareció pensarlo-. ¿Hora?
-7pm- Respondió de inmediato. Abihail sonrió.
-Está bien, acepto.
-No os arrepentirás- Dijo-. Bueno, entonces nos vemos el viernes. Os espero, señorita.
Abihail asintió, se despidieron con un beso en la mejilla y Antonio finalmente se fue a su casa.
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-¿Alguna alma nueva para el Señor?- Preguntó Stefany muy sonriente, su prima; la hija del tío Ronald. Estaban los seis integrantes de la congregación reunidos en su casa para hablar de Dios, con la esperanza de que alguien nuevo conociera del Padre.
-Solo conozco a cinco personas de todo el barrio y no los conozco lo suficiente aún. Solo invité a una mujer que vive en la cuadra más cercana, pero no sé si vendrá. Que sea lo que Yahweh quiera- Respondió Abihail ojeando aún su biblia.
-Comprendo…- Dijo pensativa.
-¿Qué tal el trabajo?- Preguntó entonces Felipe, un hombre de ya 30 años cumplidos que era parte de la congregación hacía cuatro años. Era uno de los varones más cercanos a Abihail.
-Pues está algo complicado…- Admitió-. El hombre a quien cuido tiene espíritus encima que no lo dejan en paz a él y mucho menos a mí.
-Que el Padre te ayude- Dijo otra mujer ahí presente.
-Amén- Respondieron todos al unísono. Felipe guardó mentalmente orar por ella, al igual que muchos ahí.
Todos querían y apreciaban mucho a Abihail, principalmente porque la conocían antes de estar en Cristo. Habían visto su peor lado, su sufrimiento y su superación. Cualquiera de los presentes podía decir que esta Abihail, comparada con la antigua, era una joven totalmente distinta; casi otra.
En eso el toque de la puerta llamó la atención de todos. Rápidamente Felipe se levantó y abrió. Encontrándose con Mari Alba: la vecina de la cuadra. Abihail de inmediato sonrió. El Señor le había hecho sentir específicamente que la invitara a ella primero y así lo hizo, obteniendo ahora su confirmación de que necesitaba ayuda espiritual.
-Buenas noches- Saludó con una pequeña sonrisa apenada la mujer de unos 34 años.
-Siéntese, por favor- Pidió Lucas, un joven de 27 años que solía enamorarte con su tierna actitud.
La mujer asintió y tomó asiento, se acomodó la blusa y miró a Abihail, expectante.
-Entonces oremos- Dijo Abihail. Alguno cerraron sus ojos, otros solo agacharon la mirada haciendo silencio-. Señor, bendito sea tu nombre en todo tiempo. Padre, venimos a tu presencia para dejar en tus manos nuestra congregación y el tema de hoy, sea usted, Yahweh de la gloria, usándonos como sus instrumentos para impartir de su Espíritu Santo a quien sea necesario. Dejamos en tu control a quien haya de venir y encontrar esta congregación. Ayúdanos a entender y comprender tus mensajes. Amén y amén.
-Amén- Dijeron todos, incluso Mari Alba
-El padre me regaló una palabra interesante. Leo 2Pedro, capítulo 3, versos 17 y 18- Aclaró-. Bajo la bendición del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Dice: Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
>>A lo largo de todo este capítulo, Pedro menciona la venida del Señor, parte de las cosas que sucederán antes de ese momento y lo que debemos hacer mientras se espera. Y la principal de ellas son estás dos- levantó un dedo indicando el número uno-: crecer en la gracia y- Alzó un segundo dedo- conocer acerca de nuestro Señor. Pero, ¿Cómo se hacen estás dos cosas tan importantes?- Preguntó a nadie en específico-. Vayamos a la primera: Crecer en la gracia. ¿Qué es la gracia?. La gracia es una persona- Dijo-. Así es, la gracia es Dios, Yahweh. Porque es ÉL quien permite que nosotros seamos prosperados, es ÉL quien permite que amemos y otros nos amen, es ÉL quien nos deja sentir paz . Una referencia de esto está en Génesis 39, verso 2 al 4, que dice: Mas Yahweh estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Yahweh estaba con él, y que todo lo que él hacía, Yahweh lo hacía prosperar en su mano. Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Recalquemos esto “Más Yahweh estaba con José, y fue varón prosperado”.
>>Nosotros mismos no nos damos la gracia; si así fuese le caeríamos bien a todo mundo, la gracia la da Yahweh, la gracia es Yahweh. Como en este pasaje, José tenía la presencia de Yahweh, y Yahweh estaba con él y su amo lo pudo notar. Gracias a eso es que José terminó cayéndole bien al egipcio y este le dio un puesto alto en su servidumbre. Sin embargo, todavía existe otra cuestión… ¿Cómo obtengo esa gracia?- Preguntó nuevamente, ahora mirando a Mari Alba-. Con la obediencia. ¿Quieres poder estar en paz? Obedece, ¿Quiere tener el privilegio de amar y ser amado? Sométete y obedece, ¿Quieres ser prosperado? Obedece. La respuesta es siempre la misma: acepta lo que Dios te da con mansedumbre, aprende a valorar y obedece en todo tiempo.
>>Como dice proverbios 3, en la Exhortación a la obediencia, solo leeré del 1 al 10, pero les aconsejo que lo lean completito. Dice:
Hijo mío, no te olvides de mi ley,
Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Porque largura de días y años de vida
Y paz te aumentarán.
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;
Átalas a tu cuello,
Escríbelas en la tabla de tu corazón;
Y hallarás gracia y buena opinión
Ante los ojos de Dios y de los hombres.
Fíate de Yahweh de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Yahweh, y apártate del mal;
Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos. Honra a Yahweh con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos;
Y serán llenos tus graneros con abundancia.
>>¿Entonces que debemos hacer para qué, aunque nuestros días sean malos, la paz y gracia de Dios siempre nos acompañen?- Preguntó, todos pensaron que se trataba de sus típicas preguntas al aire y no hablaron. Entonces dirigió su mirada a Mari Alba-. ¿Qué debemos hacer Sra. Mari?
La mujer quedó algo pasmada, jamás imaginó que en su primer día asistiendo ya le iban a preguntar algo. Tragó saliva y respondió con una expresión dubitativa.
-¿Obede…cer?
-¡Exactamente!- Felicitó Abihail quien quería confirmar que el mensaje estaba llegando-. Debemos obedecer firmemente para obtener gracia. Ahora. Vayamos al segundo punto: conocer acerca de nuestro Señor. Quizá en esta parte, usted diga que para conocer acerca de Dios solo hay que leer la Palabra, y claro que sí, este es un libro en el cuál se debe meditar de día y de noche, se debe grabar en el corazón y ponerse en práctica. Pero también necesita ser explicado, explicado por una persona de Dios, que posea de su sabiduría y, por supuesto, tenga un testimonio de obediencia; porque como dije al principio, la biblia es un libro para vivirlo de pies a cabeza. Veamos este pasaje de Hechos 8:26 al 31: Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.>>Cuando se es primerizo en el conocer de la Palabra, hay muchas cosas que no vamos a comprender, muchas cosas que vamos a desechar y muchas otras que vamos a pasar por alto. Es por eso que se necesita de una explicación de parte de alguien de Dios para iniciar el proceso de aprendizaje. A medida que el tiempo pase, nos haremos más entendidos, más llenos de gracia, que Dios nos revelará su palabra aún estando solos en la lectura. Sin embargo, es necesario reunirse a compartir la palabra aún con este don, ojo- Aclaró.
>>Para que entiendan un poco esta… incomprensión que sufrimos al ser nuevos en Cristo, les explico lo siguiente: Cuando empezamos a conocer a Dios tenemos poca gracia por la desobediencia que traíamos desde el inicio, y por ende el Espíritu Santo no fluye en nuestro ser y no se nos es permitido poder discernir con totalidad. Ya que Dios no le va a dar perlas preciosas a un cerdo, sino que nos las da cuando ya somos un manso cordero que ha aprendido. Ahí, es cuando Dios nos regala sus misterios, cuando nos da dones, cuando nos deja experimentar esa paz y amor que anhelamos. Entonces, no es extraño que Yahweh en un principio no nos deje entender su Escritura, solo se debe orar y aceptar la explicación de alguien de Dios. Y es en ese instante donde iniciamos nuestro verdadero conocimiento acerca del Señor, cuando entendemos y discernimos entre lo malo y bueno. Pero para llegar a uno, hay que hacer el otro: Para poder ver los misterios de Dios debemos tener gracia, y para tener gracia, debemos obedecerle.------------------------
¡Acá el capítulo 6! Espero lo disfruten ❤
Bendiciones a todos ustedes lectores, que el Señor les guarde, les bendiga y su precioso rostro resplandezca sobre ustedes. Amén
Besos y abrazos ❤😗
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Por cierto, ¿Qué les parece este nuevo personaje? El Antonio Ive, cabellos de candela 👀 ¿Que piensan de él?
Más adelante lo describiré más a fondo, pero con las descripciones que hasta ahora van, ¿Cómo se lo imaginan?
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Con un propósito #TA2021 [EN PAUSA]
SpiritualAbihail es una joven cristiana llena de sueños y metas, y entre ellos el más importante de todos es conseguir agradar a Dios y poder enseñarle a los demás acerca de él. Y a causa del cumplimiento de su más grande sueño, se muda a un nuevo barrio, s...