Capítulo 24

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-No debes preocuparte por nada, Mani -Le notificó Liam con un tono que reflejaba estar hastiado. Mani llevaba un día y alrededor de diez horas con los nervios de punta, desde el encuentro sangriento con Santa Ana.

Sucedía que, el encuentro planificado contra Santa Ana salió a la perfección, con el único detalle de que, al final del encuentro, una camioneta de la banda de ellos llegó al sitio, cuando dentro de sus planes estaba el no ser vistos/encontrados en el acto sino ser descubiertos con el tiempo. Mani estaba nervioso por la razón de que ya sabían que ellos habían sido los responsables de la muerte de su jefe, y tomarían cartas en el asunto a tiempo, y estaba tan asustado que, en una medida algo exagerada, obligó a Liam a quedarse con él para protegerlo.

Este le dio un trago al vaso con hielo y whisky que se había servido al llegar a su departamento después de “ir a trabajar” y recibir noticias al respecto, buscando calmar las ansias que lo hacían caminar de un lado al otro en la sala, tratando de idear un plan para poner las cosas en calma otra vez.

-¿Cómo mier*** quieres que esté despreocupado, Liam? -Refutó este-. ¡Jo**, llegaron al sitio donde estábamos!, ¡Nos pisaron los talones!

Liam, que sostenía un paño con hielo en su quijada, se acomodó de golpe en el sofá (Aún le dolía la boca de aquel golpe propinado por Santa Ana).

-¡Ya cálmate! -Vociferó-. Aunque puede que ataquen algunos de los nuestros, no harán nada muy grande. Tenemos sus territorios ya.

-Llama a César -Dijo desesperadamente haciendo caso omiso a su argumento-, o a Oscar, diles que te notifiquen de lo que sea que esté pasando. No puedo confiarme.

Liam, cansado de su actitud, tomó su celular y marcó el número de César con el peor de los ánimos.

César, después unos timbrazos, contestó la llamada.

-¿Aló?

-Dime lo que acontece -Escupió de una-. ¿No hay noticias de los de Santa Ana?

-Mmhm… me parece haber escuchado alguna vez, que tú sabías de antemano todo lo que pasaría, ¿Acaso nuestro vidente ya perdió sus poderes?

-Sé lo que se aproxima -Aseguró el castaño con demasiada calma-, pero Mani está haciendo que me provoque arrancarle la cabeza. Entonces, tú, un peón al frente, dale la información que necesita.

César del otro lado de la línea, deseó estrellar el celular contra el suelo al escuchar que lo llamó “un peón”.

-Habla, estás en alta voz -Le anunció Liam alejando el celular de su oreja, para que Mani también escuchase. César respiró hondo para tornarse calmo.

-Trataron de meterse a nuestro territorio a la fuerza. Pero fueron pocos -Dijo con mucho celo-. No han hecho nada más además de eso.

-¿Nada más? -Cuestionó Mani bo muy convencido.

-No…

-Tal como lo dije -Mencionó Liam-. Ahora, procuren ustedes también entrar a su territorio. Recuerden los lugares claves, donde están sus principales, y elimínenlos a todos. Quitar a los principales será una clara amenaza para los mas débiles. Es más, ubiquen a alguno de sus miembros, no importa si es el más pequeño, y dejen en su casa los cuerpos muertos de sus compañeros, con eso la amenaza fluirá más rápido e incluso les dará alguna medida de miedo.

-¿Procuren? -Cuestionó César-. ¿No vendrás?

-¡No! -De inmediato habló Mani-. Liam no irá, él se quedará conmigo.

César apretó sus dientes, con rabia: otra vez Mani lo estaba protegiendo como si fuese lo más importante.

-Bueno…

Con un propósito #TA2021 [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora