Capítulo 15

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-¿¿Liam?? -Lo llamó Abihail preocupadísima, mientras trataba de lidiar con el peso de su cuerpo que acababa de caerle en los brazos.

Como pudo, movilizó el cuerpo inerte de Liam, que para su sorpresa era bastante frágil al tacto y no tan pesado; sin embargo, fue difícil para ella moverlo sola hasta el sofá dónde primero lo sentó y luego acomodó su cuerpo horizontalmente consiguiendo acostarlo.

Cuando por fin lo logró, se encargó de tomar su pulso y medir su temperatura corporal con un termómetro de mercurio que siempre llevaba consigo. Todo se miraba bien, pero ella sentía que dentro de él nada lo estaba.

Se quedó un par de minutos observándolo dormitar, su rostro estaba relajado y respiraba solo por la nariz. Pero algo en serio andaba mal. Era como si la imagen de paz que exteriorizaban sus expresiones fuese una señal para hacerle sospechar que dentro había algo que no estaba para nada en ese estado. 

En el corazón de Abihail se instaló un sentimiento horrible, uno que le provocó un nudo en la garganta y la hizo estar intranquila y preocupada. Suavemente, llevó una de sus manos a un mechón rebelde en la frente de Liam y lo apartó de ahí; su mano sintió su cabello suave y manejable. Las facciones de Liam eran redondeadas y delgadas, pero su rostro estaba demacrado; su piel no pintaba estar sana, sus ojeras estaban bien marcadas y se veía bastante delgado.

-Yahweh, Señor -Llamó al Padre-, ayúdalo, por favor. Mira aquí esta sensación que tengo, mira lo que acaba de ocurrir; solo hazme saber qué debo hacer y ayúdale. Que conozca tu amor, que conozca de tu luz, que pueda morar en él la paz, el amor y la firmeza que vienen de ti. Si tiene una coraza de orgullo, destrúyela, Padre mío, si se encuentra en rebeldía; has que se arrepienta, si sus labios son engañosos, si sus pasos van mal dirigidos; enderézalos con fuego purificador. Cúbrelo y purifícalo con la sangre del Precioso Cordero sin Manchas: Yahshúa Ha Mashíaj. Amén, te lo pido en su nombre.

Luego de terminar su oración, se quedó un rato más mirando a Liam. Hasta que este comenzó a agitarse un poco.

Primero comenzó a balbucear cosas que ella no entendió, luego movió cabeza de un lado a otro, con angustia, repetitivamente. Una fina capa de sudor apareció en su frente, haciendo que algunos cabellos se pegaran a la piel de esa zona, su mandíbula, cuello y brazos se tensaron tanto que las venas comenzaron a notarse demasiado bajo su piel.

-¿Liam? -Lo llamó- ¿¿Liam, te encuentras bien?? ¡Despierta! -Comenzó a agitar su cuerpo sintiendo como la preocupación le recorría la sangre-. ¡Liam! -Pegó un fuerte grito, y con este consiguió que reaccionara y abriera sus ojos.

Despertó de golpe, y así mismo intentó sentarse en el sofá, pero no lo pudo lograr. Entonces miró a todos lados buscando un indicio de familiaridad y cuando reconoció su casa, pareció calmarse, pero se sorprendió un poco al ver a Abihail; sin embargo rápidamente cambió su expresión a una más seria.

-¿Estás bien? ¿Quieres que llame a alguien?

Liam pareció considerarlo unos segundo, pero luego respondió con firmeza:

-¿No deberías estar trabajando? -Preguntó, y Abihail por un momento quiso darle un golpe en la frente por orgulloso.

Habían pasado ya dos días desde aquello, y Abihail aún se sentía preocupada por Liam y su estado de salud, pero sobre todo le preocupaba su estado espiritual. A partir de ahí, se propuso mentalmente darle más atención y tratar de descubrir que era lo que sucedía y poder ayudarlo a buscar de Dios.

Con un propósito #TA2021 [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora