Capítulo 28

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―N-no puedo creer que eres tú ―Tartamudeó la mujer de la impresión de encontrar a Leonardo. Luego de tanto tiempo.

―Yo… también estoy asombrado de verte… ―Manifestó él mirando fijamente hacia ella, con los ojos muy abiertos― Justamente hoy, aquí ―Susurró inaudiblemente.

―¿Y cómo estás? ―Aprovechó la mujer para mirar a Abihail con una sonrisa pequeña, luego volvió a mirarlo a él― ¿Qué estás haciendo por aquí?

―Vine… con mi abuela y mis hermanos… eh… estamos en una especie de vacaciones ―Respondió en un tono que para Abihail fue extraño.

―¿Y ella quién es? ―Fue directa, y aunque lo pronuncio en un tono natural, Leonardo supo lo que quería saber. Abihail lo miró a él, esperando sus actos.

―Oh, sí. Lo siento ―Leonardo pareció salir de su trance―. Abihail, ella es… ―Pensó en lo que iba a decir― mi ex novia ―La mujer hizo una mueca mínima que solo Leonardo notó―. Alessandria, ella es Abihail… ―Dijo, reservándose el hecho de que era su enfermera.

―Un placer ―Alessandria estiró su mano a Abihail, quien amablemente la recibió.

―Igualmente ―Sonrió Abihail. 

―Cuéntame, ¿cómo va todo?, ¿estás trabajando? ―Preguntó, con planes de no apartarse de él. 

―Todo está relativamente bien ―Comenzó a sentirse algo incómodo―. No, después del accidente no regresé a trabajar… ¿Tú… cómo estás? ―Preguntó, aunque no quería hacerlo, solo fue por cortesía.

―Pues bien, todo está relativamente bien ―Respondió como él lo había hecho―. Solo estuve buscándote por todos lados, y nadie quería decirme dónde estabas ―Dijo manifestando de inmediato lo que sentía―. Me enteré de lo que pasó con Elisa ―Los ojos de Leo parecieron salir de su órbita―, cuando quise reclamarte por eso, tuviste… el accidente, y aunque quise pasar a verte, nadie me dejó poner un pie en tu habitación en la clínica. Y ahora me consigo con la sorpresa de que terminamos, sin yo saberlo. Irónico, ¿no? ―Cruzó ahora sus brazos.

Abihail se sintió de mal tercio en la conversación, y también estaba algo impresionada y confundida. Si lo que la chica decía era cierto, Leonardo tenía novia y no le había comentado nada de ello. No se sintió mal por eso, al contrario, sintió algo de simpatía por ella, que no sabía que la relación con su novio había acabado tras este desaparecer.

―Lamento todo lo que pasó… supuse que buscarías a alguien más si te evitaba.

―Entonces es verdad ―Comprendió ella―. Estabas evitándome.

―Alessandria yo… ―Quiso explicarse, pero el timbre de una celular comenzó a sonar. Era el celular de Abihail.

La pelinegra de inmediato sacó el aparato de un pequeño bolsito beige que llevaba. Vio en la pantalla del móvil, y descubrió una llamada entrante de Antonio.

Suspiro de alivio, sería la excusa perfecta para apartarse de Leonardo y Alessandria y dejarlos resolver sus asuntos a solas.

―Permiso, debo contestar ―Y dicho esto, se levantó del banco donde estaba y se apartó de ellos pegando su celular a su oreja― ¿Aló?

Leonardo por otro lado se sintió desamparado, no quería que Abihail se alejara de él; sin embargo vio en sus ojos que estaba decidida a alejarse, supuso que no se estaba sintiendo cómoda con lo que estaba pasando y esa llamada entrante era su salvación.

―No iba a reclamarte en una clínica, iba a apoyarte en tu mejora, pero no puedo creer que fueses tan cobarde como para no darme la cara ―Expuso ella.

Con un propósito #TA2021 [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora