Capítulo 9

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Mi novio me pasó a buscar con su auto y me vestí linda porque íbamos a celebrar nuestro compromiso, mientras yo no sabía con que cara mirarlo.
-¡Pero que hermosa Marianita Espósito!-me sonrió haciendo que de una vueltita, le sonreí- vamos La
Me hizo señas y me senté en el asiento del acompañante, Benjamín manejó a un restaurante, esos de los caros, top.
-Pasen por acá-le recepcionista nos acompañó a nuestra mesa.
Antes de pedir la comida nos llegaron dos copas con champagne, Benjamín agarró una sonriéndome.
-Mi amor brindo por vos y por las cosas lindas que nos depara en el futuro
-Yo.. ¡También brindo por vos!-choqué su copa con la mía y tomé bastante champagne.
Agarré la carta y me puse a mirar que comer evitando mirar los precios para no infartarme, de pronto escuché una risa, más lejos de nosotros, en el fondo del restaurante estaba Peter Lanzani teniendo una cita con una chica a la cual no le pude ver la carta.
Claro, él tiene un instinto depredador, ilusa al creer que era la única chica con la que estaba "coqueteando".
Me escondí detrás de la carta con la esperanza de que no me vea.
-¿Ese no es tu ídolo Juan Pedro?-Benjamín por primera vez en la historia prestó atención a la gente que nos rodeaba.
-No.. ¡¿crees que no lo reconocería?! No es Juan Pedro-me reí nerviosa- quiero un lomo con papas a la crema-cambié de tema, acto seguido agarré mi copa y me tomé todo el champagne restante.
-Me parece que sí es Juan Pedro, recién se le acercó una persona para sacarse una foto con él-Benjamín insistió con el tema-¿te queres sacar una foto y saludarlo?
No tuve otra que ponerme de pie e ir hasta donde estaba Peter, él levantó su mirada y se sorprendió al verme.
-¿Te podes sacar una foto con mi prometida?-quién habló fue mi novio, yo no sabía donde meterme, que hacer por la vergüenza que estaba atravesando.
Peter levantó sus cejas mirándome y me intimidé.
-Claro-terminó asintiendo con la cabeza, se puso de pie e intentó abrazarme por la cintura pero le di un golpecito suave en la mano para que no lo hiciera, sonreí mirando al celular de Benjamín.
-Muchas gracias Peter-asentí con la cabeza- y gracias..-miré a su acompañante y me di cuenta de que era Liz Solari- por dejar que te lo robe durante un segundo
¿Para qué hable?
Juan Pedro otra vez elevó sus cejas mirándome, se rió en mi cara.
Me alejé y con Benjamín nos sentamos nuevamente, él me habló de mil cosas, mientras yo estaba en mi propio mundo pensando en lo que había pasado.
Cené en un estado de nerviosismo increíble.
La noche terminó en el departamento de Benjamín teniendo sexo, para coronarla.
No pude dormirme así que me vestí y fui al mío a ver si hallaba un poco más de paz.

Sonó la alarma y cuando llegué al baño me di cuenta de que tenía muy mala cara, me di una ducha y intenté solucionar el tema de mis ojeras con maquillaje.
Manejé hasta Nordelta y cuando me paré en la puerta de la casa de Peter vi salir a Liz Solari de su casa, ella se subió a un auto y se fue, no se porqué eso me molestó.
Toqué bocina y Peter se asomó, se sentó en el asiento del acompañante y ninguno de los dos se puso a hablar, ni nos saludamos.
-Así que comprometida...-fueron sus primeras palabras.
-Me comprometí ayer...
-Ayer...-él me intimidó mirándome a los ojos- justo ayer..
-Yo te dije que lo que pasó fue un error, y no va a volver a pasar-asentí con la cabeza tratando de sonar firme.
-No sabía que eras una admiradora mía.. Bueno, no se si realmente lo sos, si lo sos debes saber que siempre tengo lo que quiero-elevó sus cejas siendo coqueto conmigo.
-¿Me pareció a mi o salió Liz Solari de tu casa?-le respondí contraatacando- ya con ella tenes suficiente Peter, yo realmente no te intereso, no cumplo con los estándares de belleza con los que te relacionas, además, soy una mujer con pareja..
-Esta bien.. Esta bien, por ahora no pienso insistir-soltó un suspiro-¿a donde me vas a llevar hoy?
Internamente agradecí mucho el que haya cambiado de tema.
Manejé en silencio hasta un lugar que siempre había querido conocer, lugar donde la gente siempre sacaba unas postales hermosas.
-Campanopolis-Peter leyó el cartel-¿es un parque de diversiones?
Negué con la cabeza.
-Vamos a descubrirlo, yo tampoco conozco este lugar-solté un suspiro y estacioné mi auto.
-Una persona, Don Antonio Campana, el cual no era arquitecto diseño en este predio de 200 hectáreas esta aldea medieval-nos empezó a contar una guía turística-van a poder contemplar que hay llanuras, bosques selváticos, ríos, arroyos y lagos-asintió con la cabeza-¡pueden recorrer todo lo que quieran!
La guía nos dio vía libre para que hiciéramos lo que queramos.
Miré a mi alrededor y realmente todo era como un país aparte, todas las casitas medievales eran pintorescas.
Junto a Peter nos pusimos a caminar, a recorrer.
-¿Te hago un book de fotos para tus admiradoras?-elevé mis cejas mirándolo.
-Ya que estamos...-él me dio su celular y posó varias veces, en las últimas fotos me hizo reír porque me hizo caras.
-Tarado-le devolví su teléfono.
-Ahora quiero una con mi mano derecha-me sonrió y se acercó hasta donde estaba, hizo que pose para una selfie, después le dio su teléfono a una persona que pasaba caminando y me agarró por la cintura para una nueva foto.
Me aparté rápidamente después de la foto, tenía que poner distancia.
Nos quedamos sentados en un banco frente a un lago, tirando piedras.
-Este lugar parece alejado de toda la locura de la ciudad, parece como si estuviésemos en un cuento-asentí con la cabeza y volteé a mirar a Peter que estaba mirándome-¿qué?
-Vos podrías ser una princesa medieval, teces carácter, ¿sabes? Leí en el folleto que nos dieron que las princesas medievales podían comandar, casarse por amor, viajar, apostar, construir castillos, leer y escribir, desafiar al rey, tenían bastantes derechos, ¿no?-Peter me miró- siento que tus ojos y tu cuerpo me desafían a seguir intentando acercarme a vos.. Y que seas inalcanzable me gusta..
-¿Te gusta o te atrae? No pienso quemarme Peter..
-Me gusta y me atrae-me lo respondió sin dar vueltas al asunto.
-Sos una persona imposible-solté un suspiro-¿no entendes los "no"?
-Estas en lo cierto-él se rió y asintió con la cabeza- vamos, te debo un almuerzo.. No quiero que mueras de hambre, ayer por la noche casi no comiste
¿Qué?
¿Había estado mirándome ayer por la noche?
¿Cuando?

Sin querer queriendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora