Capítulo 18

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Cuando Peter se subió al auto otra vez se produjo un silencio incómodo, lo llevé nuevamente a su casa, lo dejé irse pero a último momento también bajé del auto, le toqué el timbre y abrió la puerta.
-¿No tenías que irte?-elevó sus cejas.
Entré sin ser invitada a traspasar la puerta y la cerré de un portazo, lo agarré del cuello de la remera e hice que se agachara para terminar besándolo, él agarró mi cara con sus manos y me respondió ansiosamente, cuando nos apartamos un poco me quedé chocando mi frente con la suya, ambos teníamos la respiración acelerada.
-Voy a permitirte... Voy a permitirme el que me conozcas pero.. No pienso separarme.. No por ahora.. Ni sé si eso puede pasar..-sí, puse un pero, él se quedó desconcertado.
-¿Qué hiciste con Mariana la chica correcta?-elevó sus cejas, realmente estaba sorprendido.
-Un pajarito me dijo que... Qué te de la oportunidad de conocernos...-le hice una caricia en la cara, él esbozó una pequeña sonrisa y me abrazó levantándome del suelo, acto seguido besó mi mejilla.
-¿Gracias?-me miró firmemente a los ojos.
Aún mareada yo también le sonreí.
-Ahora... Ahora podemos hacer lo que queramos..-elevé mis cejas- para conocernos..
Peter se rió como un nene sin dejar de mirarme a los ojos.
-Quiero seguir indagando en algo.. Como buena fan mía.. ¿Tenes algún poster mío en algún armario?
Su pregunta hizo que me pusiera nerviosa.
-Bueno...-me encogí de hombros, él volvió a reírse.
-Es que soy muy lindo...-me miró sonriéndome, acarició una de mis mejillas- podes preguntarme lo que sea.. Cosas que no salen en las revistas ni en internet..-me hizo señas para que nos sentáramos, me senté sobre sus piernas porque él me lo permitió.
-Mmm... Siempre quise saber como.. Cómo haces para conseguir todo lo que queres..
-No lo sé.. No sé a quién salí tan persuasivo, creo que a mi papá, todas las semanas me presenta por videollamada a una novia distinta.. Nunca nos vemos porque viaja por el mundo..-soltó un suspiro, noté que se puso algo mal- pero no importa.. Quiero llegar a cambiar eso.. No ser en ese aspecto como él.. Y ser más como mamá, impulsivo pero para realizar cosas buenas..
-Sí.. Lo noté.. Sos demasiado impulsivo, y eso va de la mano con lo persuasivo que vos, ambas cosas juntas funcionan bien..-asentí con la cabeza.
-Así que logré enredarte un poco en mis redes.. Igual sos libre de escaparte.. No quiero que te sientas retenida..-él soltó un suspiro.
-Yo.. Estoy acá y en este momento con vos porque también me permití ser impulsiva.. No suelo serlo pero.. Quiero estar acá.. Lo estoy eligiendo sin pensar en las consecuencias, tal vez eso me pase factura en algún momento.. Pero ahora no quiero pensarlo..-negué con la cabeza.
Peter se puso a jugar con mi pelo, quiénes nos vieran desde afuera creerían que somos una pareja de toda la vida, una que vive en pleno estado de luna de miel.
-Y estoy feliz de que estas acá conmigo..-Peter me sonrió y besó la punta de mi nariz-si pudiésemos ir libres por ahí.. ¿Tendrías una cita conmigo?
Su pregunta me desconcertó, ¿él quería tener una cita conmigo?
Nerviosa me reí.
-Si fuera hipotético, ¿no? Nunca saldrías conmigo.. No cuento con los estándares de belleza con los que siempre tenes citas..
-No te tires a bajo.. Sos hermosa Lali Espósito...-las palabras de Peter no dejaban de sorprenderme.
-¿Estas insinuándome que queres tener una cita conmigo?
Él asintió con la cabeza.
-Podemos tener una hoy a la noche si queres.. Lejos de todos.. Solos...-elevó sus cejas.
Sí, estaba coqueteando conmigo, realmente era una persona muy sexy.
Terminé asintiendo con la cabeza, aceptando aún sabiendo que no era buena idea.
Peter se alegró y besó nuevamente una de mis mejillas, sus ojos se habían vuelto chinos.
Nos quedamos un rato así, yo sobre sus piernas, "mirando" televisión, Peter me distraía en todo momento dejando besos por mi cuello.

Cuando me fui de Nordelta fui a casa de mis papás para entrar a mi taller, me puse a pintar porque estaba inspirada, me quedé conforme con el resultado, eso me había llevado gran parte de mi tiempo.
En mi departamento me di una ducha, me saqué la pintura de las manos, los brazos y me puse un mono negro.
-Buenas..-Peter me pasó a buscar con un auto cuando se hizo de noche, me sonrió-¿subís?-asentí con la cabeza.
Él manejó hacia un destino que no había pensado yo, esta vez él quiso sorprenderme.
Llegamos a un edificio por puerto madero y me sorprendió la vista hermosa.
-¿Y este lugar?-elevé mis cejas mirándolo.
-Es nuestro por esta noche y parte de la mañana siguiente..-él asintió con la cabeza.
Nos sentamos enfrentados en una mesa, ya había comida en nuestros platos.
-¿Cocinaste vos?-lo miré con curiosidad.
-Algunas cosas.. No soy un chef, solo soy un simple futbolista.. La cocina no es lo mío pero me defiendo.. Hice milanesas con puré-ambos nos reímos.
-Un lugar elegante, nosotros dos de fiesta y un menú perfecto..-le sonreí- al diablo con los menús que tienen mil platos y cubiertos distintos
-Al diablo con eso-él me imitó y nos reímos.
Comimos mientras recordábamos cosas de nuestra infancia, cuando llegó el postre fui feliz, era simple, helado, nos llevamos el kilo al sillón y entre cuchardas nos íbamos dando besos hasta que el clima se calentó.
Dejamos de comer y todo se desvirtuó, Peter me cargó hasta la cama y nos sonreímos, me aferré bien a su cuerpo cuando estábamos al fin desnudos, y me dejé disfrutar, sin pensar en otras cosas, hoy solo éramos él y yo, nos personas en una cita como cualquier otra.
Rodamos de un lugar de la cama a otro sin soltarnos, recorrí el cuerpo de Peter con ambas manos cumpliendo un sueño, una fantasía que nunca creí poder cumplir.
Sí, estaba teniendo un encuentro apasionado y lleno de tensión sexual con Juan Pedro Lanzani, Peter, la persona que por cosa del... ¿Destino? Terminó cayendo en mi auto y confundiéndome con la persona encargada de pasarlo a buscar.
Él terminó dejándome besos pausados por mi cara y me sentí frágil ante él, supe en ese momento que no solo me había desnudado de ropa, había desnudado una parte de mi que realmente nunca había conocido, estaba mostrándome vulnerable, deseé con todo mi ser el que no se enterara de eso, tal vez eso lograba asustarlo.
-Sos tan linda...-él me sonrió- tan chiquita pero llena de energía y fuerza..
Sus palabras siguieron volviéndome frágil, agradecí estar recostada en la cama.
-Vos también sos lindo eh-le puse humor al asunto logrando que él se ría.
-Eso ya lo sé...-elevó sus cejas coqueto.
-¿No te cansas de coquetear conmigo? Esta vez ya ganaste, me tenes entre sus brazos..-también elevé mis cejas.
-No... Todavía no gané...-negó con la cabeza-todavía no te tengo al cien por ciento para mi..
Peter se quedó mirándome a los ojos y supe realmente a lo que se referíamos, ambos nos habíamos vuelto en una especie de "delincuentes" buscados por la justicia, ahora éramos clandestinos.

Sin querer queriendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora